VIVIR EN LA HISPANIA DE LOS CINCO REINOS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Que nuestra Piel de Toro ha sido terreno intensamente disputado no es un secreto, precisamente. Muchos se han peleado por sus terrazgos, fuentes, minas y puertos hasta la muerte. En la Edad Media, siempre evocadora, compitieron reyes y magnates.
Hace años, el maestro Menéndez Pidal evocó la quiebra de un imperio hispánico, alrededor de la monarquía de León y Castilla, y la aparición de los cinco reinos cristianos de la segunda mitad del siglo XII. En la popular Juego de tronos, hubieran tenido buena materia mediática con sus intrigas, argucias y batallas.
La época es ciertamente atractiva a los que gustan de la historia. Los almohades se van haciendo con el dominio de Al-Ándalus en pugna con el Rey Lobo. Catalanes y aragoneses unen fuerzas y participan activamente en el tablero de juego occitano, en medio de la difusión del catarismo. Navarra se mantiene vigilante y lucha con bravura por su independencia. Castellanos y leoneses chocan con intensidad, en un tiempo igualmente universitario y parlamentario, nada anodino. El naciente Portugal irrumpe con fuerza y reclama su lugar bajo el sol ibérico.
En este turbulento tiempo, lleno de vida más o menos salvaje, vienen al mundo Rodrigo y Omar, los dos personajes de la última novela de Pedro Montoya García. Sus diferencias son claras, empezando por la omnipresente religión coetánea, pero quizá mayores son sus semejanzas. Son unos muchachos que se hacen adultos en un duro batallar, de golpes fronterizos, que no excluyen ciertas cortesías.
En la literatura iniciática, la de la crónica del alba de una persona, del autor no hay espacio para las reflexiones terribles de un Meridiano de sangre, sino el espíritu de superación que a su modo también alienta en la Crónica de un Jaime I, un triunfador que no lo tuvo fácil. En el duro caminar de la vida encontrarán su grandeza Omar y Rodrigo.
Quien lea la novela, los seguirá por batallas sonadas y rincones paradigmáticos de aquella Hispania de los cinco reinos y del imperio almohade. Con su estilo claro y directo, nos desgrana el autor más de un episodio que verdaderamente sucedió, en la tradición de la novela histórica, en el que se nota la presencia de un verdadero tercer protagonista, el rey chico Alfonso VIII de Castilla, que pronto tuvo que iniciarse en los secretos del juego de tronos.
En este verano de rebrotes de coronavirus e incertidumbres, es recomendable hacer también turismo virtual leyendo novelas tan jugosas como Hacia el Sur: las aventuras de Rodrigo y Omar.