VISIGODOS Y BIZANTINOS FRENTE A MUSULMANES. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Las relaciones entre visigodos y bizantinos no fueron nada amistosas, aunque sí más estrechas de lo que a veces se ha venido sosteniendo. En el siglo VII, el de la aparición del Islam y sus primeras conquistas, tales relaciones añadieron nuevos capítulos.
En aquel momento, muchos súbditos del imperio bizantino se refugiaron en Italia y en el África del Norte ante los avances musulmanes. No parece haberse dado la misma afluencia de gentes hacia la Hispania visigoda, aunque la importancia conseguida por las fiestas de Antioquia en su liturgia eclesiástica, junto a la presencia de ciertas reliquias, han llevado a postularlo, más allá de las peregrinaciones hispanas a los Santos Lugares.
Se ha destacado el reinado del emperador Constante II, que residió en los dominios bizantinos de Occidente ente el 663 y el 668. Abandonó la amenazada Constantinopla, y llegó a establecerse en la estratégica Sicilia. Desde la Hispania visigoda se temió que empleara sus territorios de Ceuta y Baleares para atacarlos, no difundiéndose sus monedas en territorio hispano como en otros países.
Sin embargo, las conquistas islámicas estaban cambiando el tablero mediterráneo. La fundación de Qairuan alertó a los viejos adversarios, y el ataque musulmán a la Sicilia bizantina se ha puesto en relación con la derrota de una armada islámica por otra visigoda en tiempos del rey Wamba (672-680), según la posterior Crónica de Alfonso III.
Bajo el emperador Constantino IV, las discrepancias teológicas con los poderes de Occidente se sosegaron, al dejarse a un lado el monotelismo, que no había sido capaz de poner paz entre las grandes facciones religiosas del imperio bizantino. Su tregua del 676-7 con los musulmanes, no obstante, sembró la inquietud en Occidente, pues se temía que los bizantinos aprovecharan para atacar por este frente. Al final, la paz también alcanzó Occidente.
En el 686, los bizantinos reforzaron su posición militar en Ceuta, con un destacado mando dependiente del exarcado de África, cuya capital era Cartago. Para defender Cartago de los musulmanes, los reyes visigodos mandaron un contingente militar en ayuda de los bizantinos, pero tras su conquista en el 698 una flota bizantina fue rechazada por Teodomiro, que más tarde lograría fama por su célebre acuerdo con los musulmanes. Se ha interpretado que esta flota se habría declarado rebelde a la autoridad imperial tras su derrota.
La caída de Cartago terminó arrastrando la de la Ceuta bizantina. Es probable que las Baleares fueran atacadas por los musulmanes en el 707-8, antes del inicio de la conquista de la Hispania visigoda en el 711.
Para saber más.
Margarita Vallejo, Hispania y Bizancio. Una relación desconocida, Madrid, 2012.