UNA POSICIÓN FENICIA EN SICILIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los emprendedores fenicios alcanzaron Sicilia en sus navegaciones hacia Occidente. El gran historiador Tucídides les rindió homenaje cuando apuntó cómo ocuparon los promontorios y los islotes de la costa siciliana antes de la llegada de los griegos. Entonces se movían con relativa facilidad por la isla.
Sin embargo, la presencia griega determinó a los fenicios a concentrarse en una serie de emplazamientos estratégicos, como Palermo, Solunto y Motya. Emplazada en un islote, Motya pudo beneficiarse de la cercanía de Cartago, así como de la alianza de los elimos.
Las cerámicas corintias de su necrópolis datan del 730 al 720 antes de Jesucristo, aunque muchos autores se han inclinado a considerar el asentamiento anterior, en la línea de Tucídides. Los fenicios explorarían, seleccionarían un punto de atraque y en última instancia colonizarían, al igual que en el litoral de la península Ibérica.
Al terminar el siglo -VII el asentamiento ya estaba ceñido por un recinto con torres. Precisamente en el siguiente siglo los cartagineses proyectarían su poder sobre la Sicilia occidental. En el tiempo en el que Cartago alcanzó un tratado con Roma, en el año 509 antes de Jesucristo, el tofet de Motya fue reestructurado. Consagrado a las deidades de Tanit y Baal, acogía las sepulturas de los niños sacrificados o muertos prematuramente. Sus cientos de estelas evidencian la ausencia de elementos griegos, pero también su originalidad frente a las de la misma Cartago.
No obstante, la grandeza cartaginesa y sus enfrentamientos con los griegos por el dominio de Sicilia, entre los siglos V al III antes de Jesucristo, determinaron la vida de las gentes de Motya de manera decisiva.
Para saber más.
Serge Lancel, Cartago, Barcelona, 1994.
Imagen del tofet de Cartago.