14.01.2025 07:08
“En este tiempo, era de 736 (698), año primero del reinado de León, octogésimo de los árabes, decimosexto de Abdelmelec, Egica, después de declarar heredero suyo y asociar al trono a su hijo Witiza, continúan ambos gobernando a los godos. Y éste, que sucedió en el trono a su padre, aunque insolente, fue, sin embargo, muy indulgente durante sus quince años de reinado.
“En efecto, no sólo perdona a los que habían sido condenados al exilio por su padre, sino que, además, al que reintegra queda como vasallo. Pues a quienes Egica había oprimido con su pesado yugo, Witiza les devolvía su antigua dicha, y a quienes aquél había expulsado de sus propias tierras, reponíalos éste en ellas y los compensaba con generosos regalos. Después de reunirlos a todos ellos, quema generosamente en su presencia las cédulas de obligación que su padre, de manera fraudulenta, les había arrancado, y no sólo los deja, si alguno quiere, exentos de la obligación a la que no podrían responder, sino que además les son devueltas sus propiedades, incluso las que ya había enajenado el fisco, y los restablece en el oficio palatino.”
Crónica mozárabe. Edición de José Eduardo López Pereira, Zaragoza, 1980, 62.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.
