POPULISMO Y FINANZAS EN LOS ESTADOS UNIDOS (1828-37). Por Víctor Manuel Galán Tendero.

15.04.2015 06:48

 

               

                Acceder al crédito no ha sido nunca fácil. Ni tan siquiera en la tierra de las oportunidades, según algunos, los nacientes Estados Unidos. Los problemas financieros de hecho amargaron la vida de los sufridos soldados del general Washington antes de convertirse en el primer presidente de la República.

                Muchos de aquellos soldados eran pequeños labradores y menestrales con ciertos bienes que habían combatido por un mundo más justo y equitativo. Aunque disfrutaban de mejor suerte que los campesinos europeos sometidos a las prestaciones señoriales, dependían en exceso del crédito de los grandes comerciantes, también importantes propietarios de tierras.

                La colonización de las tierras del Oeste parecía abrirles una seria posibilidad de mejora, al igual que las nuevas instituciones republicanas, si bien el predominio de las grandes fortunas tras la independencia ocasionó no escasa desilusión. La creación de un Banco Federal no fue bien vista por los grupos más favorables a la ampliación de derechos a la mayor parte de la población.

                En 1819, pasada la segunda guerra contra Gran Bretaña, el Banco Federal no concedió préstamos a los labradores y a las entidades financieras del Oeste, todos fuertemente afectados por la crisis, dejando un profundo resentimiento tras de sí.

                Muchos de los descontentos se inclinaron por Jackson en las elecciones de 1828, cabeza de los demócratas y veterano de las guerras fronterizas contra británicos, españoles y amerindios. Al llegar a la presidencia retiró del Banco Federal los fondos del gobierno y los repartió entre pequeñas entidades bancarias, enfrentándose acremente con sus secretarios y con las dos Cámaras nacionales por sus Estatutos.

                                                 

                Lo que consiguió Jackson fue provocar un crítico problema económico al quebrantar una entidad financiera necesaria para la buena marcha de la Unión. Su supresión por el mismo presidente lo agravó todavía más. La obligación de pagar parte de las compras de tierras en metálico intentó frenar la especulación, pero sólo consiguió empeorar el problema de liquidez.

                                                    

                El acceso a la propiedad rústica no sólo fue complicado para los pequeños agricultores en la coetánea España de la Desamortización.

                En 1837 un seguidor de Jackson, Martin van Buren, llegó a la presidencia en medio de una fuerte crisis económica. El 10 de mayo de aquel año los bancos de Nueva York suspendieron sus pagos en metálico, lo que no evitó que las medidas anteriores prosiguieran en vigor.

                                                

                Las dificultades condujeron a un mayor descontento, en un tiempo de agitaciones en la América del Norte, y el ala izquierda de los demócratas se radicalizó, apoyando el intervencionismo gubernamental en la economía y ciertas reivindicaciones obreristas.

                Tales problemas se arrastraron con matices hasta la guerra de Secesión, intentando ocultarse con una agresiva política expansionista en el continente.