PACO FERNÁNDEZ OCHOA, EL MEDALLISTA DE INVIERNO. Por Javier Ramos Beltrán.
En esta entrada de hoy les hablaré de un deportista español muy importante y reconocido, ya que él es a día de hoy el único español que ha ganado una medalla de oro en los Olímpicos de Invierno, al ganarla en Sapporo 1972, y convirtiéndose también en el primer medallista español de unas Olimpiadas de Invierno. Sirva también de referente que su hermana pequeña Blanca ostenta la segunda y última medalla que ha ganado España en unas Olimpiadas de Invierno, al ganar el bronce en Albertville 1992.
Su empatía por los deportes de nieve le viene gracias a que su padre era conserje de la escuela de esquí del puerto de Navacerrada. Esta pasión luego le fue transmitida a sus hermanos Juan, Ricardo y Blanca.
Ya desde muy joven participaba en torneos nacionales de esquí, hasta tal punto que dejó los estudios para centrarse únicamente en la práctica de esa modalidad deportiva. Debutó en unos Olímpicos de Invierno, con tan solo 18 años en 1968, en Grenoble, donde quedó vigesimotercero en eslalon y trigésimo-octavo en descenso.
Su gran éxito llegaría en Sapporo 1972, cuando el domingo, 13 de febrero, realizó una gran bajada en la modalidad de eslalon especial y marcó un tiempo de 1:49:27, superando al gran esquiador italiano Gustav Thöni. Su hazaña fue tan memorable que un periodista francés lo sacó a hombros, y al recibir la primera medalla dorada para la delegación española desde la pelota vasca en París 1900 y el de hípica en Ámsterdam 1928 fue recibido como un héroe a su llegada a España y se convirtió además en abanderado español en los Juegos Olímpicos de Múnich de ese mismo año.
Después de cosechar muchos éxitos en el esquí, tanto nacionales como internacionales, se retiró y se dedicó a formar parte de comités ejecutivos en los que los deportes de nieve ocupaban primacía. Ya retirado, se le hicieron homenajes en Cercedilla, su localidad natal, donde falleció el 3 de noviembre de 2006, a causa de un cáncer linfático.
Cabe destacar que Fernández Ochoa no contó con las facilidades con las que cuentan hoy día los deportistas de élite en España, porque para empezar, España no era por aquel entonces una superpotencia deportiva como lo es ahora y además él participaba en un deporte que aquí no tenía tanto arraigo como sí lo tenían (y siguen teniendo) el fútbol y el baloncesto. Por eso, su hazaña logró ser tan grande, ya que al contar con tan pocos medios y con escasa relevancia, logró traer de nuevo una medalla dorada a España.