ORÍGENES Y DIFUSIÓN DE LA SÍFILIS SEGÚN UN HISTORIADOR DEL XVI.

                La sífilis causó terribles estragos en el Viejo Mundo de comienzos de la Edad Moderna. Un reciente estudio de un cementerio de la lituana Vilna apunta que su presencia en Europa fue anterior a 1492. Los restos óseos de una mujer joven, de mediados del siglo XV, presentaron señales débiles de un mal parecido a la sífilis. Se ha planteado la hipótesis que la enfermedad se fuera extendiendo desde mediados de aquel siglo desde África, en contacto con los portugueses, y que la colonización española de tierras americanas la hiciera eclosionar plenamente.

                La cuestión permanece, pues, todavía abierta. Así la abordó el historiador Francisco López de Gómara en su Historia General de Indias, cuyo primer volumen se publicó en 1552:

                “Los de esta isla Española son todos bubosos y como los españoles dormían con las indias, se llenaron en seguida de bubas, enfermedad pegajosísima y que atormenta con grandes dolores. Sintiéndose atormentados, y no mejorando, se volvieron muchos de ellos a España para curarse y a otros negocios; los cuales, pegaron su encubierta dolencia a muchas mujeres cortesanas y ellas a muchos hombres que pasaron a Italia a la guerra de Nápoles en favor del rey don Fernando II contra los franceses, y pegaron allí aquel mal suyo.

                “En fin, que se les pegó a los franceses y como fue a un mismo tiempo, pensaron ellos que se les pegó de los italianos y le llamaron mal napolitano. Los otros le llamaron mal francés, creyendo habérselo pegado los franceses. Empero, también hubo quien lo llamó sarna española.

                “Hacen mención de este mal Joanes de Vigo, médico, y Antonio Sabelico, historiador,  y otros, diciendo que se comenzó a sentir y divulgar en Italia el año de 1492 y 95; y Luis Bertomán, que en Calicut por entonces pegaron a los indios este mal de bubas en viruelas, dolencia que no tenían ellos y que mató a infinitos. Así como vino el mal de las Indias, vino el remedio, que también es otra razón para creer que fue aquél su origen, el cual es el palo y árbol llamado guayacán, de cuyo género hay grandísimos montes. También curan la misma dolencia con palo de China, que debe ser el mismo guayacán o palo santo, que todo es uno. Era este mal a sus comienzos muy fuerte, hediondo e infame; ahora no tiene tanto rigor ni tanta infamia.”

                Francisco López de Gómara, Historia General de Indias. I. Hispania Victrix. Barcelona, 1985, p. 64.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.