NAVEGANTES FENICIOS AL SERVICIO DE EGIPTO. Por Esteban Martínez Escrig.
A finales del siglo VI antes de Jesucristo los egipcios intentaron reanimar su vida económica y comercial como otros pueblos del Mediterráneo que estaban adquiriendo una gran riqueza y arrinconando al país de los faraones en aspectos muy sensibles.
El faraón Necao II (610-595) sostuvo una encarnizada lucha con los babilonios por el dominio del Levante mediterráneo. La toma de Gaza le granjeó el control temporal del territorio fenicio. Heródoto, el padre de la historia, nos transmite interesantes noticias sobre la colaboración más o menos forzada entre el poder faraónico y los emprendedores fenicios, tradicionalmente interesados en la economía del país del Nilo.
Al principio Necao II intentó la apertura de un canal que enlazara el susodicho río con el mar Rojo o el golfo arábigo, pero abandonó esta empresa por otra más ambiciosa para fortalecer su fuerza mercantil.
Recurrió a la pericia de los corintios para construir una importante flota, que confió a los expertos fenicios para tripularla. Los navegantes partieron del mar Eritreo en dirección Sur.
Al llegar el final del otoño aquellos fenicios atracaban en el lugar de Libia o África en el que se encontraban y labraban la tierra. Una vez obtenida su cosecha, proseguían su singladura. Quizá aplicaran su experiencia anterior en el Mediterráneo.
Al tercer año de su salida cruzaron las columnas de Heracles, el estrecho de Gibraltar y alcanzaron finalmente Egipto. Semejante hazaña náutica no aprovechó mucho a los egipcios, pero fue de gran utilidad para los posteriores cartagineses, buenos conocedores del litoral del continente africano de creer al propio Heródoto.
Menos complaciente se nos muestra el padre de la historia cuando refiere que al contornear Libia los fenicios habían tenido el sol a mano derecha, lo que no consideró digno de crédito.
En nuestra época se ha tratado de explicar por el cambio de la posición del sol del mediodía, a estribor al Sur del trópico de Cáncer si se navega hacia el Oeste. También se ha aducido que ello resultaría de la idea triangular de África de los fenicios, que concibieron una hipotética navegación austral paralela a la mediterránea. Lo cierto es que a los fenicios no les faltó su arrojo habitual.