MUJERES DE ARMAS TOMAR EN INDIAS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
En 1542 se promulgaron las Leyes Nuevas de Indias, que disgustaron a los conquistadores y a sus epígonos. El encargado de aplicarlas en el extenso virreinato de Perú fue Blasco Núñez de Vela, un veterano de la administración española al que se le encomendó su gobierno. Los descontentos se reunieron entorno a Gonzalo Pizarro, el hermano del intrépido Francisco, y en 1544 se alzaron contra el virrey, que en 1546 fue derrotado en combate y ejecutado.
El Perú parecía a punto de perderse para la corona española. Desde Panamá partió con una importante fuerza en abril de 1547 el experto sacerdote Pedro de la Gasca, que había sido nombrado presidente de la audiencia de Lima. También contaba con partidarios en aquellas tierras, donde los españoles estaban librando una verdadera guerra civil.
La ciudad de Quito, la llave del Perú según el obispo de Tierra Firme fray Pablo de Torres, estaba entonces controlada por uno de los hombres duros de la conquista, Pedro de Puelles. Había destacado en su sometimiento y nueva fundación. Además, había sido el artífice de la derrota del virrey Núñez de Vela.
Parecía difícil abatirlo, pero unos incidentes permitieron a sus enemigos lograrlo. Un 27 de mayo de aquel año, por las calles de Quito iba un grupo de mujeres partidarias de su causa. La que portaba la bandera gritó “¡Viva Pizarro!”. Sin embargo, otra le respondió contundentemente “¡Viva el rey que es mi señor!”. Era la viuda del capitán Sarmiento.
Con cuatrocientos hombres armados en Quito, los de Pizarro no estaban dispuestos a tolerar desafíos. Puelles ordenó ahorcarla y su cadáver quedó expuesto durante dos largos días en la horca.
En la mañana del 29, el capitán Rodrigo de Salazar, un hombre de La Gasca, consiguió introducirse en el dormitorio de Puelles y lo mató. A continuación, los contrarios a Pizarro se alzaron en nombre del rey y pidieron ayuda al gobernador de Popayán, el adelantado Belalcázar.
Gonzalo Pizarro terminaría decapitado en 1548. En su final, tuvo su granito de arena aquel enfrentamiento de mujeres de armas tomar, las españolas en Indias.
Fuentes.
ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.
Patronato, 194, R. 78.