MAURA DEFIENDE LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ARMADA.
“He oído como si este proyecto significase que el Gobierno os invita a entrar por el camino de las demencias, de las prodigalidades, construyendo escuadras para recorrer los mares y combatir con los formidables elementos y aprestos de otras naciones.
“En semejante insania no ha caído nadie. ¿Para qué hablar de eso, ni para qué recordarnos lo que hacen las naciones potentísimas colocadas a la cabeza de Europa, no solo por su consistencia, por su florecimiento, por la trabazón de su historia y por los conflictos que ellas han engendrado y que tiene amenazada su paz, sino porque disponen de medios que nosotros jamás podemos aspirar a poseer? ¿Para qué hablar de todo eso?
“El proyecto significa una cosa tan modesta como aquella que yo expuse desde este banco en 1903, porque no ha habido nada nuevo bastante para variar mi convicción. Tengo la de siempre: aspiramos a poseer la llave de las bases de operaciones que nos pertenecen y ser nosotros los que hayamos de dar la venia para el uso de estos formidables medios de acción militar y de preservación mercantil, y no entregarlos por la incuria de poner el candado, ya que los demás nos lo ha dado la Naturaleza, a merced del primer ocupante, o del más impaciente, receloso, por codicia alarmada, al comienzo de las hostilidades.
“¿Es ambicioso el designio? ¿Se le puede reducir? ¿Cabe siquiera escalonarlo de otro modo de como aquí se le escalona, que es llegar a él con lento paso que nos marca la cortedad de nuestros medios, no por encogimiento de voluntad, que anhelaría pronto tener logrado el fin?”
Antonio Maura, 35 años de vida pública, Madrid, 1927, p. 141.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.