LOS VIKINGOS ATACAN GALICIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

16.06.2024 12:21

           

            Los vikingos fueron capaces de poner en pie de guerra fuerzas de invasión que pusieron en jaque a numerosos reinos de la Europa altomedieval, afectados a veces por severos problemas internos. No sólo se movieron con celeridad en el mar, sino también en tierra, donde con el tiempo llegaron a ocupar y colonizar áreas como Normandía.

            A diferencia de la monarquía francesa, la leonesa encajó mejor los golpes de los vikingos. Los reyes de León tuvieron que defender a mediados del siglo IX una extensa línea de costa y una no menos extendida frontera frente al poder del califato de Córdoba. Las relaciones de aquéllos con los potentados de sus dominios distaron de ser cordiales en muchos casos, pero ante los vikingos hicieron un frente común en más de una ocasión. En el 968, bajo Ramiro III de León, atacaron con éxito Galicia. Así nos ha trasmitido la Historia Silense tal expedición, con lacónica expresión:

            “Año segundo de su reinado. Cien naves vikingas llegaron a las poblaciones de Galicia bajo el mando de su rey Gunderedo e hicieron mucho daño alrededor de Santiago. El obispo de Santiago, de nombre Sisnando, pereció por la espada, y toda Galicia saquearon hasta llegar a los Pirineos montes Ezebrarii. Tras tres años, cuando se volvían a su patria, Dios, para el que nada hay oculto, tomó venganza. Y así como ellos habían tomado cristianos en cautiverio y habían pasado a muchos por la espada, tanto sufrimiento cató sobre ellos que tuvieron que marcharse de Galicia. El conde Guillermo Sánchez salió con un gran ejército a su encuentro y peleó contra ellos, dándole Dios la victoria, y con su espada los mató a todos, incluido su rey, y quemó sus naves.”

            

           Fuentes.

            Irene García Losquino, “Los vikingos en la Península Ibérica: Nuevas perspectivas sobre piratas y mercenarios en la segunda mitad del siglo IX”, 2018, Mil anos da incursao normanda ao Castelo de Vermoim, Oporto, 2018.