LOS SISTEMAS DE COMUNICACIÓN EN EL EJÉRCITO ROMANO. Por Luis Zarzoso Arribas.

30.09.2014 15:37

 

    Una de las curiosidades del famoso ejército romano son los sistemas de comunicación entre el comandante y sus militares.

    ¿Se imagina cómo fue esto posible en un mundo en el que no había móviles ni tecnología? Intentaremos responder a esta pregunta.

    Reproduzca en su mente la siguiente escena: un comandante romano se encuentra en lo alto de un monte contemplando a su ejército y tiene que dar una serie de órdenes. ¿Qué puede hacer?:

    1.  ENVIAR MENSAJEROS POR RELEVOS DE  CABALLOS O CORREDORES.

     Preferentemente, cuando la distancia era más larga, el relevo de caballos, gracias a la existencia de una serie de estaciones de relevo (mutationes), siendo la velocidad variable.

     2. POR MEDIO DE PALOMAS MENSAJERAS.

     El  mensaje era atado al cuello de la  paloma.

                

    3.  POR FUEGO O  SEÑALES DE HUMO.

    Gracias a autores como César sabemos que en la guerra de las Galias (Libro II, 33) la tercera guardia anunció con  señales de fuego el ataque de los galos.

    4.  HELIOGRAFO. Sabemos que en el 37 d.C., bajo el  mandato de Tiberio, fueron transmitidas señales a través del reflejo de  los rayos de sol por medio de metal pulido para dar instrucciones desde  su retiro en Capri, aunque no tenemos el código que utilizarían.

    5.  POR MEDIO DE TABLILLAS ALFÁBETICAS.

    También Polibio (Libro X. 45) nos describe un sistema basado en el uso de antorchas y tablillas alfabéticas que tendrían que estar dispuestas en 5 grupos ordenados de 5 letras cada uno en tablillas. El emisor debía levantar con la mano izquierda una antorcha que debía ser respondida por otra del receptor. A continuación con la mano izquierda se levantaba la antorcha por parte del emisor un número de veces equivalente al número de la tablilla donde estuviera la letra que quería indicar. En ese momento con la mano derecha se volvía a levantar la antorcha las veces necesarias para marcar el orden de la letra, y así sucesivamente. 

    6.  CIFRADO MONOALFABÉTICO DE CÉSAR.

     El primer sistema criptográfico como tal conocido se debe a Julio César, al que se deben un sistema para enviar mensajes secretos durante sus campañas militares sin que le descubrieran los demás. Su sistema consistía en reemplazar en el mensaje a enviar cada letra por la situada tres posiciones por delante en el alfabeto latino.

    En nuestro alfabeto actual tendríamos la siguiente tabla de equivalencias:

    A B C D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z

    D E F G H I J K L M N Ñ O P Q R S T U V W X Y Z A B C

    Así pues, la letra A se convertía en D; la B, en E; la C, en F y así sucesivamente. Lo mismo ocurría al final del alfabeto, es decir, la X sería una A; la Y una B y la Z una C.