LOS PRECEPTOS BUDISTAS. Por Eva Hernández Armero.
La religión del budismo tiene su origen en la India de comienzos del siglo V antes de Jesucristo, creada por Siddhartha o Buda Gautama, su principal figura.
La finalidad cardinal de esta religión es el nirvana, el estado supremo de felicidad plena que alcanza el alma. Consiste en la incorporación del individuo a la esencia divina. Los deseos y el dolor se anulan completamente, evitándose todo conflicto.
El budismo recomienda cinco preceptos vitales fundamentales para alcanzar la iluminación, cinco normas de vida auténtica:
1- No privar de la vida a ningún ser vivo. El asesinato de animales es tan reprobable como el de personas, pues todas las vidas valen lo mismo. Se repudia la política guerrera de los Estados seguida en tiempos de Buda y muchísimo después.
2- No tomar lo que no ha sido dado, incluyendo el robo, la defraudación o la estafa. Se rechaza el comportamiento codicioso de ministros y hombres públicos.
3- No incurrir en una mala conducta sexual, como el adulterio, la violación, la pedofilia, la zoofilia, etc. No se condena la práctica sexual, sino sus desviaciones.
4- No mentir, hablar con rudeza, cotillear, mantener charlas vanas u ostentar, actividades que degradan la vida social y empequeñecen la individual.
5- No ingerir sustancias tóxicas que puedan nublar la mente como el alcohol, las drogas y el café en ciertos casos, pues anulan el recto comportamiento personal y degradan la vida social. Sólo se admite recientemente la medicación por prescripción médica. El budismo se ha ido adaptando, pese a todo, a los cambios surgidos con la conversión de muchos occidentales en Estados Unidos y Europa en los últimos cien años.