LOS ORÍGENES MÍTICOS DE LAS SATURNALES.

25.12.2022 11:46

               

                Nuestras fiestas navideñas cuentan con un ilustre antecedente, las Saturnales de los romanos, en homenaje al dios Saturno. Inicialmente se celebraron del 17 al 23 de diciembre, en un ambiente de gran alegría, en contraste con las noches más largas del año, a la espera del Sol Invicto del 25 de diciembre. En el siglo IV, el Papa Julio I las haría coincidir con el nacimiento de Jesucristo. Precisamente en aquel mismo siglo, el gramático Macrobio escribiría las Saturnales, una interesante obra en forma de diálogo en la que se explican cosas como los orígenes míticos de tan singulares celebraciones:

    “Jano reinó sobre este país que ahora se llama Italia; y, según el parecer de Higino, que en esto sigue a Protarchus Trallianus, compartió su poder sobre esta región con Camesus, quien, como él, era nativo de ella; de modo que el país tomó el nombre de Camesena, y la ciudad el nombre de Janículo. 

    “En el intervalo, el poder real permaneció solo con Jano, quien se cree que tenía dos caras, para ver lo que pasaba delante y detrás de él; lo cual ciertamente debe ser interpretado por la prudencia y habilidad de este rey, que conocía el pasado y preveía el futuro; de manera similar a las diosas Antevorta y Postvorta, a quienes los romanos honran como fieles compañeras de la deidad. 

    “Ahora bien, habiendo dado Jano hospitalidad a Saturno, a quien un barco trajo a su país, y habiendo aprendido de él el arte de la agricultura y el de perfeccionar los alimentos, que eran toscos y salvajes antes de que se conociera el uso de los productos de la tierra, compartió con él la corona. Jano también fue el primero en acuñar monedas de cobre; y mostró tal respeto por Saturno que hizo acuñar una nave en una cara de la moneda, porque Saturno había llegado embarcado en una, y del otro la efigie de la cabeza del dios, para transmitir su memoria a posteridad. Se encuentra una prueba de la autenticidad de esta tradición del inicio de la moneda de cobre en el juego de azar donde los niños lanzan un denario al aire, mientras dicen: "Cabeza o vasija". 

    “Estamos de acuerdo en que Saturno y Jano reinaron en paz, juntos, y que edificaron en común, en la misma tierra, dos pueblos vecinos; lo cual no solo lo establece el testimonio de Virgilio, quien dice: "Uno se llamaba Janículo, y el otro Saturnia", sino que también lo confirma la posteridad, que dedicó a estas dos figuras dos meses consecutivos: diciembre a Saturno, y enero, que fue dado el nombre de Jano.

    “Habiendo desaparecido Saturno repentinamente, Jano imaginó hacerle rendir los mayores honores. Primero dio al país sobre el que reinaba el nombre de Saturnia; luego consagró a Saturno, como a un dios, un altar y fiestas a las que llamó Saturnales. Es a partir de estos siglos remotos que las Saturnales preceden a la fundación de Roma. Por lo tanto, Jano ordenó que se honrara a Saturno con el culto religioso, por haber mejorado la suerte de la vida. La estatua de este dios se distingue por una guadaña, que Jano le dio como emblema de la cosecha. Se le atribuye la invención del injerto, el cultivo de árboles frutales y todas las prácticas agrícolas de este tipo.”

                Macrobio, Saturnales, Libro I, Capítulo VII. Digitalización de Marc Szwajcer de la edición francesa de Nisard de 1875.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.