LOS OPULENTOS REINOS DE ANATOLIA. Por José Hernández Zúñiga.
Anatolia, el Asia Menor de los griegos, es una tierra de antigua cultura que atesora una Historia extraordinaria. Tras el hundimiento del poder hitita se formaron una serie de Estados con no pocas dificultades. En aquel tiempo los Estados micénicos también habían sido quebrantados y pueblos que formarían los griegos históricos fueron derramándose por la costa occidental anatolia. Los pueblos indoeuropeos contribuyeron sobremanera a la nueva geografía política de Anatolia. Fueron destructores y constructores a su manera.
Un reino de lengua indoeuropea fue el de Frigia, que emergió con fuerza hacia el año 800 antes de Jesucristo en el centro del Asia Menor. Se aprovechó sobremanera de la experiencia agricultora y comercial de las civilizaciones que le precedieron. Su célebre monarca Midas o Mita en asirio gozó de fama de extraordinariamente rico. Contrajo matrimonio con una princesa de origen heleno y supo alentar las relaciones comerciales con sus vecinos.
Ha llamado poderosamente la atención de Frigia, además de su riqueza, sus creencias religiosas. Sus gentes rindieron culto a la Magna Mater Cibeles, cuyo amante era Atis, lo que dio pie a cultos orgiásticos que celebraban y querían propiciar la exuberancia de los frutos de la Naturaleza. Aquí también apareció la divinidad del vino que tanto apreciarían los griegos, Sabazios o Dionysos.
El Estado de Midas se tuvo que encarar con una de las mayores potencias del Oriente Próximo, la asiria. Aguerridos y organizados soldados, sus ejércitos atacaron Frigia. Hacia el 709 antes de nuestra Era los frigios tuvieron que reconocerse sus vasallos, pero lo peor fue la invasión de los conquistadores cimerios, que terminaron de arrumbar el reino.
Más al Sur emergió un nuevo poder que fue capaz de rechazar y vencer a los cimerios, el de Lidia, que en el 680 antes de Jesucristo ya se mostraba pujante. Logró hacerse con el dominio de importantes rutas comerciales entre el interior de Asia y el Mediterráneo, lo que le permitió acuñar la que se considera la primera moneda de la Historia, el electrum elaborado con oro y plata. Vino a suplantar el tradicional trueque o intercambio premonetario además de los más aparatosos lingotes de plata.
No es nada extraño que otro monarca de fama de notable riqueza fuera Creso (560-546 antes de nuestra Era). Heródoto nos habla del mismo, pues centró sus apetitos conquistadores en las ciudades griegas de Anatolia. Salvo Mileto sometió a todas ellas. Quiso congraciarse con sus naturales realizando grandes donaciones a sus templos. Su moneda, el stratero, corrió con profusión por el Próximo Oriente. Sin embargo, su poder encontró un temible competidor, la de los persas conducidos por Ciro el Grande. Los sueños de dominación de Creso fenecieron en la batalla de Pteria y un nuevo imperio se hizo con el dominio de Anatolia, puente hacia Europa y origen de ulteriores conflictos.