Los reality shows están más cada vez más presentes en nuestras vidas, pero ¿algún día la política y la televisión nos controlarán tanto, que harán uno de estos programas utilizándonos involuntariamente, como ocurre con Los Juegos del Hambre?
Los Juegos del Hambre son un reality show, en el que 24 personas (12 chicos y 12 chicas, una pareja por cada distrito) luchan a vida o muerte para ganar su propia paz. Esto nos puede recordar a la época romana, en la que los gladiadores debían luchar por su vida, o tal vez a la leyenda del famoso Minotauro, en la que cada nueve años le llevaban al laberinto en el que estaba encerrado siete hombres y siete mujeres jóvenes para que éste pudiera alimentarse.
Esta “tradición” surge tras la III Guerra Mundial, donde el mundo se ve destruido, excepto EE. UU., transformándose así en Panem, dividido en 12 distritos, donde existen las desigualdades actuales; el contraste entre ricos y pobres, el racismo, el hambre, la extravagancia, etc.
La televisión y la política es la mayor influencia, la mayor dominación que existe en esa época… ¿acaso somos tan diferentes? ¿No nos manipula la televisión y la política de una forma en la que no llegamos a poder ser libres, o manejar nuestra propia vida?
Crítica de Clara Soriano Sánchez.