LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA DE PECHINA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los vikingos incursionaron en distintos puntos de la costa de Al-Ándalus en el siglo IX, al igual que en otros territorios del continente europeo, y los emires de Córdoba encomendaron la defensa de los distintos sectores costeros a una serie de fuerzas. Allí se establecieron y disfrutaron de una serie de ventajas. Tal fue el caso de los árabes de origen yemení que protegieron el área de la almeriense Pechina.
Paralelamente, los emires también se preocuparon por crear una importante armada, que no solo fuera efectiva contra los vikingos, y por fomentar la flota mercante. La marinería ganó importancia en Al-Ándalus, junto con sus ambiciones. Llevaron a cabo varias acciones en el Mediterráneo, y ofrecieron a los árabes yemeníes de Pechina un acuerdo de gobierno, que supuso la formación de un auténtico poder independiente de facto, considerado por más de un autor una república.
Bajo el gobierno de Abdalá (888-912), el emirato de Córdoba entró en crisis, desgarrado por las luchas internas. Con astucia, las gentes de Pechina se proclamaron fieles al tambaleante emir, a cambio de conservar su poder y sus apetencias expansivas. Los árabes de Elvira pensaron que podían doblegarlos a su voluntad, pero no lo consiguieron. Mantuvo estrechas relaciones con otras ciudades del Norte de África, que le reportaron riqueza. Pechina se mantuvo firme hasta el 915, cuando Abderramán III ya comenzaba a asentar su poder.
Para saber más.
Évariste Lévi-Provençal, España musulmana (711-1031). La conquista, el Emirato y el Califato. Tomo IV de la Historia de España, dirigida por Ramón Menéndez Pidal, Madrid, 1950.