LOS GRIEGOS SON LLAMADOS A CONQUISTAR ASIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Aunque Heródoto ya refirió las diferencias que separaban a los griegos de los bárbaros, el sofista Gorgias las acentuó en la Atenas de finales del siglo V antes de Jesucristo, donde los persas encarnaron la barbarie. Al fin y al cabo, la ciudad había sido destruida por los invasores persas en el -480/479, y los espartanos habían sido auxiliados por el imperio aqueménida en la guerra del Peloponeso. Uno de los discípulos de Gorgias, Isócrates (436-338 antes de Jesucristo), profundizó en la cuestión, y la moldeó de manera destacada.
Destacado orador, tras la guerra del Peloponeso hizo un llamamiento a la reconciliación entre los griegos en su célebre Panegírico, del -380:
“Si uno llegara de otro país y asistiera al espectáculo de la situación actual acusaría de demencia absoluta tanto a los atenienses como a los espartanos. No sólo porque ponemos nuestras vidas en peligro haciendo la guerra por motivos estúpidos, sino que también continuamos empobreciendo nuestro país al no aprovechar las posibilidades de Asia. Todo ello cuando podríamos gozar tranquilamente de nuestros bienes.”
Al dirigir sus aspiraciones hacia tierras dominadas por los persas, la reconciliada Grecia podría alcanzar una gran gloria:
“Pero para nosotros, que en la vida privada creemos que los bárbaros están hechos sólo para ser utilizados como esclavos domésticos, es verdaderamente deshonroso permitir en nuestra actividad pública que nuestros aliados sean hechos esclavos por ellos. Es vergonzoso tanto para nosotros como para nuestros antepasados que emprendieron una expedición contra Troya a causa del rapto de una mujer. Todos estaban profundamente indignados por la afrenta sufrida y no terminaron de hacer la guerra hasta que no hubieron destruido la ciudad de los que habían cometido el crimen. Digo que es innoble por nuestra parte saber que toda Grecia está siendo ultrajada continuamente y no realizar una venganza todos unidos, contando en nuestro poder gestas tan nobles como nuestros sueños. Este es el único motivo por el que la guerra es mejor que la paz. Esta guerra está más cerca de ser una misión sagrada que una expedición militar. Una guerra que aportará los mismos beneficios a los que deseen una vida tranquila y a los que están impacientes por combatir, pues los primeros recogerán el fruto de sus propiedades con seguridad, y los otros obtendrán la gloria al vencer a nuestro enemigo.”
La figura política propuesta por Isócrates para reconciliar a Argos, Esparta, Tebas y Atenas, antes de acometer la empresa de Asia, fue el rey Filipo de Macedonia. Sin embargo, sería su hijo Alejandro el que terminaría conquistando el imperio persa y otros países asiáticos.
Para saber más.
Ranuccio Bianchi Bandinelli (director), Historia y civilización de los griegos. Tomo V, La crisis de la polis. Historia, literatura, filosofía, Barcelona, 1981.