LOS COMISARIOS GANADEROS, DE ARAGÓN A MONTANA.
En la exitosa serie Yellowstone vemos como el implacable John Dutton, toda una figura patriarcal, ejerce como comisario de ganadería de Montana en beneficio de sus intereses. Lo cierto es que la justicia ganadera es muy anterior, y en cierta manera son un préstamo español a la organización pública y a la identidad misma del Oeste de los Estados Unidos.
La encontramos de hecho en el reino de Aragón, una vez conquistada Zaragoza a los musulmanes. En su fuero de 1129 se establecía la pastura universal o el derecho de sus vecinos de poder apacentar sus ganados en los montes universales aragoneses. Por el privilegio de los Veinte, los mismos zaragozanos podían ejercer la justicia, y en 1218 ya dispusieron de su justicia de ganados. Los ganaderos de la capital de Aragón, asimismo, se organizaron en una casa, conocida como la cofradía de San Simón y San Judas, de la que hay constancia desde 1229. Consiguieron que en 1235 no se inquietara a sus rebaños en los terrenos de pasto del reino, con la excepción de las dehesas antiguas de Signa y Retuerta de Pina. Confirmaría en 1391 todos sus privilegios Juan I, que añadió la jurisdicción civil a las prerrogativas del justicia.
El capítulo de la cofradía consignó sus propias actas, así como sus actos la corte de su justicia, conservándose las de finales del siglo XV. Ofrecemos a continuación un ejemplo de denuncia de dos ganaderos:
“A 22 de mayo del año 1481 se querella don Juan López de Alberuela y don Pedro Serrano de los de Lanaga, los cuales apellidantes (o demandantes de justicia) dicen que estando en el término de Lanaga parte del dicho ganado menudo hasta el número de ochenta cabezas, poco más o menos, tomó el justicia y el notario de Lanaga, haciéndolo esquilmar y tomando la lana, y han retenido para sí doce cabezas.
“Y porque esto demuestra ser fuerza, a vos corresponde y afecta al tenor justo de los privilegios de la ciudad y casa de ganaderos mandar reintegrar a tales damnificados y por ende os requieren los dichos apellidantes a que cumpláis de justicia como son puestos en jura y se juran sobre el signo de la cruz y los santos evangelios que el presente apellido es de verdad. Y trajeron por testigo a don Antón Moliner, que juró de la mano de Martín Moya, notario de la casa.”
Tales planteamientos e ideas pasaron con los españoles al Nuevo Mundo, y cuajaron en la ganadera Montana de fines del siglo XIX. En 1885 se crearía allí una junta de comisionados, precisamente con la misión de evitar toda clase de delitos contra el ganado.
Fuentes.
José Antonio Fernández Otal, Documentación medieval de la Corte del Justicia de Ganaderos de Zaragoza, Zaragoza, 1995, doc. 38, p. 56.
Introducción, selección y adaptación al castellano actual de Víctor Manuel Galán Tendero.