LECCIONES AMERICANAS PARA LA COLONIZACIÓN ESPAÑOLA DEL PACÍFICO A INICIOS DEL SIGLO XVII.
“Siendo Dios servido que haya llegado a la dicha bahía adonde se ha de ir a hacer alto, se han de hacer las cosas siguientes:
“Lo primero un fuerte, el que pareciere bastar para acomodar y asegurar las personas así de los naturales como de algunos enemigos que allí aportaren.
“Lo segundo, harase una sementera de trigo, arroz, maíz y de todas las semillas nuestras y de las raíces de la tierra, que es sementera que no se puede talar ni quemar con la facilidad que otras; guardarase el bizcocho, harina, vino, aceite con los demás bastimentos que se llevarán de respeto así para de tornaviajes como para que la gente se sustente en cuanto se siembre y se coge; y se buscará de comer en la tierra por medio de las cosas de rescate que se han de llevar para este fin y para contentar los indios, y rescatar con ellos lo que tuvieren de valor, que, aunque la tierra es fertilísima, no es acertado que se entre en ella con falta de comida, porque ésta o sufre dilación de un día ni es justo que por fuerza se quite a los indios la que tienen, pues será escandalizarlos y cortar el hilo al intento que se lleva.
“Lo tercero, haranse las más fragatas pequeñas y bergantines que se pudieren, que sirvan a vela y remo, para luego descubrir y trajinar.
“Lo cuarto, hase de procurar con vivas obras ganar la voluntad de los mayores por facilitar los medios para atraer los menores, y juntamente que de las provincias vecinas y lejas, y de las islas comarcanas, se traigan por modos suaves a nuestra compañía todos los indios que pudieren haber para (que), bien tratados y vestidos, enviarlos unos a sus tierras para desengaño de otros, quedando algunos, así por prendas como para enseñar sus lenguas, desprender la nuestra y servir della, dar noticias y avisos de cuanto se les preguntare, y, en habiéndolos asegurado, y de nuestra parte un trato amoroso, fiel, reportado y duradero, tengo por cierto (según lo que dellos conocí) que se acabará con todos lo que se desea y pretende, para atraerlos al conocimiento de Dios, obediencia de la Santa Sede Apostólica y de V. M.”
Pedro FERNÁNDEZ DE QUIRÓS, Memoriales de las Indias Australes. Edición de Óscar Pinochet de la Barra, Madrid, 2002, pp. 277-278.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.