LAS CAÑONERAS Y LA CONQUISTA EUROPEA DE ÁFRICA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
El valle del Níger, en pleno declive del imperio Tukolor, fue disputado entre británicos y franceses hasta que a mediados de la década de 1880 decidieron poner fin a las diferencias repartiéndose el África Occidental, lo que ocasionó la protesta de otras naciones. En la conferencia de Berlín (1884-5) se pusieron las bases del reparto africano entre los europeos, que contemplaron las cañoneras navales como un instrumento privilegiado de conquista.
Tripuladas por marinos expertos y dotadas de ametralladoras pesadas, difíciles de transportar por tierra, las cañoneras conducían brigadas de gran utilidad para los ejércitos conquistadores. Demostraron cumplidamente su poder en la segunda guerra Ashanti (1873-4), en la conquista del Sudán de la década de 1880 o en la guerra anglo-bóer (1899-1902).
Sin embargo, donde acreditaron singularmente su importancia fue en la cuenca del Congo, llena de pantanos y junglas. Las enfermedades añadían mayores dificultades a los europeos. A finales de la década de 1870 el explorador Henry Stanley había negociado varios tratados y había establecido ciertas posiciones militares en favor de Leopoldo II de Bélgica, que consiguió que se le reconociera allí un enorme Estado en la conferencia de Berlín. Sus primeros vapores fluviales habían llegado en 1881 en piezas embaladas y numeradas tras una ruta terrestre de 400 kilómetros. Ensambladas las piezas, las cañoneras podían remontar 1.450 kilómetros del Congo hasta las cataratas Stanley, donde el río volvía a ser navegable unos 800 kilómetros más. La flota del Estado libre del Congo llegó a costar el noventa por ciento del capital invertido en el territorio de 1887 a 1896. Con tales medios, los belgas movieron con rapidez sus fuerzas y libraron en la década de 1890 las guerras contra los comerciantes de esclavos swahilis, cuyas ciudades de Nyangwe y Kasongo fueron atacadas.
En las décadas de 1880 y 1890 el poder naval europeo en África se incrementó con la adopción de la nueva cañonera blindada de pequeño calado. Con tales naves y los cruceros ligeros, los alemanes sometieron Camerún y Tanganika. Los británicos bombardearon los poblados del delta del Níger con tales medios en la década de 1890. Los franceses tomaron la fortaleza de Murgula, en el Níger, con el uso de una cañonera traída en piezas y ensamblada in situ. En la conquista de Tombuctú de 1893 rivalizaron las fuerzas terrestres y fluviales francesas. Asimismo, la cañonera Topaz, que remontó el río Ouémé, consiguió celebridad en la conquista francesa de Dahomey. Los portugueses avanzaron en Mozambique con las cañoneras que surcaron los ríos Incomati y Zambeze. La política de la cañonera, en suma, demostró con creces su brutal poder en el África de la era del imperialismo.
Para saber más.
J. Mayor y A. Preston, Send a Gunboat! A study of the Gunboat and its role in British policy, 1854-1904, Londres, 1967.
El palacio del sultán de Zanzíbar tras el bombardeo británico con cruceros y cañoneras de 1896.