LA TRASCENDENCIA DE LA RELIGIÓN DE LOS PERSAS. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
La antigua Persia ha suscitado el interés de muchas personas, en aspectos como su religión. En la antigüedad, los persas diferenciaban entre los ahuras o señores celestes y los daevas o demonios.
Entre los señores celestes se encontraban Ahura Mazda, Apam Napat (creador de todas las cosas y de la humanidad), Mitra (dios de la guerra y de la aurora) y Airyaman (protector de las personas). Por el contrario, divinidades antiguas como Indra llegaron a ser consideradas demonios.
La reforma de la religión persa asociada con Zoroastro/Zaratustra (628-522 antes de Jesucristo) convirtió a Ahura Mazda en divinidad suprema. Había creado todas las cosas (por mucho que existieran previamente en lo espiritual) y engendrado al espíritu benéfico (Spenta Mainyu) y al destructor (Anra Mainyu). Con el tiempo, Ahura Mazda absorbió al espíritu benéfico y se enfrentó al maléfico, convertido en el demonio de demonios.
Antiguas divinidades fueron convertidas en entidades o elementos, como Apam Napat o fuego que fluye en medio de las aguas.
Los seres humanos tenían la capacidad de elegir su destino con sus buenos pensamientos, palabras y acciones, por muchas amenazas demoniacas que asediaran a su frágil naturaleza. Los persas llegaron a creer en la resurrección del cuerpo, en consonancia con el advenimiento de Saoshyant o Salvador. Aparecería al finalizar la historia del mundo, cuando el mal sería vencido definitivamente y los muertos resucitarían, incluyendo los condenados al infierno. Para más de un investigador, los persas influyeron en el judaísmo y a la postre en el cristianismo.
Para saber más.
Maria Brosius, A History of Ancient Persia. The Achaemenid Empire, Nueva Jersey, 2021.