LA TEMIBLE ISABEL BÁTHORY. Por Robert Lucian Puraniu.
Isabel Báthory, también conocida como la condesa sangrienta, nació en tierras de Hungría el 7 de agosto de 1560 y murió el 21 de agosto de 1614. Perteneció a uno de los linajes más acaudalados de su país. Entraría en la Historia por sus 630 asesinatos debidos a su obsesión por la belleza física. Ninguna mujer ha superado en número sus crímenes.
A los once años fue prometida con su primo Ferenc Nadasdy. Se fue a vivir a los doce al castillo de Federenc, donde tuvo una pésima relación con su suegra Ursula. Su temprano compromiso matrimonial no le impidió recibir una educación esmerada. Después de dar a luz tres niñas y un varón y de perder a su marido en 1604 a causa de una enfermedad muy grave, Isabel empezó a asesinar a muchas bellas doncellas de Transilvania, empleando su sangre para la magia roja o conjuros con sangre humana.
El ambicioso Matías Corvino aprovechó la ocasión para ganar poder, y ordenó a uno de los primos de Isabel a investigar su más que sospechoso castillo. En sus sotanos se descubrieron muchas jóvenes torturas y algunas ya muertas.
Isabel fue acusada de crimen y de brujería, siendo condenada a que le cortaran la cabeza y quemar su cuerpo, destino compartido por sus seguidores. Previamente recibió latigazos por el sufrimiento de las muchachas torturadas.
La leyenda cuenta que Isabel estaba obsesionada por la belleza. Utilizaba la sangre de sus víctimas para mantenerse siempre joven, una obsesión que provenía de cuando la condesa se burlara de una anciana fea, que la maldijo diciéndole que dentro de poco ella, la guapa Isabel, tendría el mismo aspecto decrépito.