LA SIRIA PTOLEMAICA. Por Esteban Martínez Escrig.
Entre el 534 al 332 antes de Jesucristo, Siria estuvo bajo el dominio del extendido imperio persa. Alejandro el Grande la conquistó, pero sus sucesores se enfrentaron agriamente por su control. En el -301 el territorio al Sur del río Eléutero quedó en manos de Ptolomeo I de Egipto, y de Seleuco I el Norte. La ciudad de Damasco fue disputada por ambos poderes.
Los nuevos rectores de Egipto establecieron en sus dominios sirios un gobernador o estratego, auxiliado por un administrador de las rentas. No todos los dominios de la Siria y la Fenicia ptolemaica respondían ante su administración directa, y una serie de ciudades (como las fenicias) y comunidades disfrutaron de una gran autonomía. A diferencia de los dominios seléucidas, no se fundaron grandes ciudades al modo griego por los conquistadores macedónicos. El régimen ptolemaico se las tuvo que ver con sus rivales helenísticos, pero no con una rebelión del estilo de la de los Macabeos.
Algunos autores han considerado el régimen ptolemaico en la región una prolongación de experiencias anteriores faraónicas, que buscaban la activa colaboración de los fenicios con Egipto, necesitado de la madera de los cedros del Líbano para sus naves, vitales tanto para su comercio como para su armada. Su experiencia demuestra el carácter pragmático de los conquistadores macedónicos, especialmente cuando se encontraron vigorosas personalidades culturales.