La personalidad humana viene marcada por la herencia genética, pero conforme adquiere madurez los hechos la van moldeando. A lo largo de la Historia la personalidad de las gentes cambia según las circunstancias, imponiéndose a éstas los más astutos.
Actualmente así sucede: manipulación de las redes sociales, orientación política de los canales de televisión, discursos públicos. Pensamos que todo va bien a nuestro alrededor, pero todo son artimañas para doblegar nuestra forma de ser, imponiéndonos una forma de pensar distinta a la que nuestra verdadera moral nos dicta.
La ciencia de la psicología debe atender a tal problema, ciertamente complejo. Considero que los psicólogos deberían tener una postura objetiva, atendiendo correctamente a cada personalidad sin moldear su forma de ser. Deberían compatibilizar la realidad de las cosas con la felicidad individual de cada uno.
El nazismo se opuso a tal conciliación. Se hizo creer a demasiados que torturar era bueno y deseable en aras de la raza superior, y los psicólogos de toda laya que contribuyeron a tal indignidad acreditaron que se encontraron igualmente carcomidos por la manipulación. No se puede hablar de ciencia cuando se emplea un burdo truco para moldear la personalidad humana.