LA PASCUA FLORIDA DE PONCE DE LEÓN. Por Carmen Pastor Sirvent.

27.03.2016 21:17

 

                Un 27 de marzo de 1512, domingo de Pascua de Resurrección, llegó Juan Ponce de León a una tierra que llamaría Florida tanto por su vegetación como por la significación del día.

                Su expedición alcanzó los alrededores de cabo Cañaveral y buscaba la mítica isla de Boyuca, la de la fuente de la eterna juventud. A Ponce de León los amerindios de Borinquén, Puerto Rico, le habían referido fabulosos relatos, quizá para alejar a los españoles de sus tierras.

                Ponce de León era toda una personalidad. Paje de don Fernando de Aragón antes de ser rey y veterano en la guerra de Granada, se había embarcado en 1493 hacia las Indias en el segundo viaje de Colón, considerado por algunos historiadores como el verdaderamente fundacional del imperio español en América.

                Los objetivos de Ponce de León, al igual que el de otros españoles, no coincidieron con los del flamante almirante de la mar océana. Buscaba su propia gloria y no servir al provecho de otros. Logró ser gobernador de Borinquén, pero Colón le privó de su dignidad. Ni corto ni perezoso aprovechó su ganada hacienda para armar una expedición de dos carabelas que llegara a la fuente de la eterna juventud, donde los ancianos se convertían en mozos.

                Durante seis meses navegaron por las aguas caribeñas hasta alcanzar la isla de Bimini en el litoral de la Florida. Complacido por su exuberante naturaleza, decidió retornar con mayores fuerzas y poderes reales.

                Con el apoyo de Nicolás Ovando negoció con Fernando el Católico, que gobernaba Castilla en nombre de su hija Juana, el adelantamiento de Bimini y la Florida. Equipó en Sevilla una expedición de tres navíos en 1515, en la que también hubo mujeres.

                En su singladura llegó a la isla de Guadalupe, donde tuvo un desafortunado encuentro con los caribes, diestros arqueros que le hicieron pagar caro su desembarco. Puso proa hacia su más familiar Puerto Rico antes de dirigirse a la Florida.

                Allí también sufrió al desembarcar la certeza de sus arqueros, que lo hirieron. El adelantado que pretendió gozar de la fuente de la eterna juventud terminó muriendo en Cuba de resultas de las heridas en una tierra que tentaría a otros españoles antes de su incorporación al círculo imperial español.