LA MALOGRADA TETRARQUÍA. Por Lucía Piqueras Cuesta.
La tetrarquía fue un sistema de gobierno de la Baja Romanidad, instaurado entre el 284 y el 293, en el que la responsabilidad imperial fue ejercida por dos augustos, uno en la mitad oriental y otro en la occidental, auxiliados respectivamente por dos césares. Diocleciano y Maximiano tuvieron la colaboración de Galerio y Constancio. Su verdadero inspirador y artífice fue Diocleciano, que al comienzo solo escogió como su auxiliar y hombre de confianza a Maximiano en calidad de César.
El sistema se instauró para dar mayor estabilidad al extenso imperio romano, muy acosado por problemas militares y económicos. La solución tuvo un cierto éxito, pero más tarde se presentaron sus inconvenientes, pese a los cambios introducidos en la administración territorial y en el ejército.
A la muerte de Diocleciano en el 311, sus continuadores no mantuvieron la deseada concordia y se enzarzaron en una serie de conflictos que en nada beneficiaron al imperio. Las particularidades locales de las provincias se hicieron más evidentes y las tropas consumieron demasiados de sus recursos. Algunos jefes germanos encontraron una buena ocasión para hacer de las suyas. La distancia entre Oriente y Occidente se ahondó. De aquella tetrarquía quedó tal separación sin el engranaje de asistencia de los dos césares y sin la solidaridad entre las dos mitades en lo militar que complació al mismo Diocleciano.