LA LEGIÓN BRITÁNICA LLEGA A SANTANDER. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
La Primera Guerra Carlista tuvo una clara dimensión internacional, pues el triunfo del liberalismo en España no era indiferente a la suerte política del resto de Europa, con independencia de la merma de su protagonismo en el concierto de las grandes potencias.
El 22 de abril de 1834 España y Portugal suscribieron con Gran Bretaña y Francia la Cuádruple Alianza en defensa del liberalismo. Sin embargo, la diplomacia de Isabel II no consiguió que los británicos movilizaran oficialmente fuerzas armadas a su favor, al modo de la Guerra de la Independencia. Por si fuera poco, las leyes británicas prohibían dispensar ayuda armada a gentes de países en conflicto. Consciente que con frecuencia se saltaba tal prohibición, el general Miguel Ricardo de Álava hizo gestiones para lograr apoyo militar voluntario y no gubernamental.
Sus buenos contactos diplomáticos rindieron fruto y se pudieron reclutar voluntarios para un cuerpo creado al efecto, la Legión Auxiliar Británica o de Westminster, calificada por Edward M. Brett de ejército olvidado. El gobierno isabelino se comprometía a pagarlo. Era el particular compromiso británico en defensa del espíritu de la Cuádruple Alianza.
A su mando, junto al mencionado Álava, se puso al general de origen irlandés George De Lacy Evans, con experiencia en España durante la guerra contra Napoleón. De su suministro, como comisario general, se encargó a Wagard.
Uno de los puertos de llegada señalados desde las islas Británicas fue el de Santander, cuyo comandante general provincial era Miguel López Baños, del Ejército de Reserva, que se tuvo que enfrentar a delicados problemas de aprovisionamiento de utensilios y abastecimientos.
En 1835 el comandante general informó puntualmente por fechas a las autoridades superiores de la llegada de soldados y caballos a Santander:
Fecha |
Soldados |
Caballos |
31 de julio |
686 irlandeses y 960 ingleses |
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28 de agosto |
|
109 |
1 de septiembre |
|
92 |
4 de septiembre |
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26 |
10 de septiembre |
408 ingleses |
|
11 de septiembre |
108 |
64 |
Parte llegó en la fragata de origen sueco Aran. Los problemas de alojamiento de tal fuerza fueron considerables y a muchos se les terminó hospedando en el convento del monte Corbán, en condiciones muy precarias. Se alojó al final a otros grupos en casas particulares, pero se temieron los excesos de los legionarios, carentes de la disciplina adecuada por el momento.
También se tuvieron que habilitar, no sin dificultad, cuadras para los caballos. Algunos soldados de infantería no esperaron la autorización del comandante general para desplazarse. Con todo, los problemas se fueron venciendo. La División o Legión llegó a alinear unos 8.500 soldados de infantería, en diez batallones, y 700 jinetes. Padeció durante la guerra unas 2.500 bajas, pues se las tuvo que ver con situaciones harto más difíciles que las encontradas en Santander.
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL.
Diversos-Colecciones, 205, N. 2.