LA BATALLA DEL DELTA QUE GANÓ RAMSÉS III. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Cuando llegaba a su fin el siglo XII antes de Jesucristo el Egipto de Ramsés III fue atacado por los Pueblos del Mar, un conjunto variopinto de poblaciones que englobó a distintos grupos balcánicos y del Mediterráneo Oriental, quebrantadores del poder de los hititas tras la destrucción de Troya.
El faraón tomó muy en serio el peligro. Muy seguramente varios de sus espías se infiltrarían en las filas enemigas para conocer por anticipado sus movimientos. Puso en alerta a sus dos ejércitos del delta y en aviso a sus fuerzas de reserva de la región de Tebas, lo que algunos historiadores han cuantificado en unos 25.000 soldados.
Los invasores dejaron en los umbrales del país del Nilo a sus familias y sus bienes, errantes hasta ese momento, pero los carros egipcios se lanzaron exitosamente sobre ellos con fuerza.
Mientras tanto las naves de los invasores se internaron por el delta del Nilo aprovechando el viento mediterráneo. Se internaron en un laberinto de juncos en el que perdieron impulso. A impulsos de la corriente meridional del Nilo llegó la respuesta faraónica.
La flota egipcia se componía de naves de diez remos por banda, remo de timón, con un mástil único, castillos de proa y popa y un espolón con cabeza de león. Sus soldados portaban jabalinas y se protegían el torso con túnicas de escamas de metal o cuero.
Los egipcios embistieron con fuerza las naves enemigas, carentes de remos y espolones. Tras encajar una lluvia de proyectiles, muchas de éstas volcaron ante la arremetida, lo que permitiría a los egipcios recuperarlas posteriormente.
Las fuerzas de Ramsés III lograron una gran victoria, que fue conmemorada en la inscripción de Medinet Habu: “Fueron arrastrados, derribados, yacían sobre la playa; muertos y amontonados de popa a proa de sus naves.” Los orgullosos guerreros de los Pueblos del Mar fueron reducidos a la esclavitud.