IBERIA A LO LARGO DE LA ANTIGÜEDAD.
La civilización ibera ha suscitado en las últimas décadas una serie de estudios del máximo interés, que nos alejan definitivamente de la versión simplista que consideraba a los pueblos iberos procedentes del Norte de África. Aunque todavía no hemos accedido al conocimiento de su lengua, conocemos bastante bien sus manifestaciones materiales a través de la arqueología, lo que nos permite afirmar su complejidad social y su diversidad territorial.
Las gentes que englobamos como iberos no se llamaron a sí mismos de tal forma. A finales del siglo VI antes de Jesucristo, los griegos conocieron como Iberia a la franja litoral extendida desde el Norte de Cartagena al Pirineo, según se desprende del estudio de los fragmentos que asociamos con la obra de Hecateo de Mileto.
Los griegos, de hecho, ya habían aplicado la expresión de Iberia a la Georgia ribereña del mar Negro, en el sentido de confín. Para ellos, la Península se encontraría en una situación muy similar en el mundo que conocían.
En el siglo IV, Rufo Festo Avieno tomó elementos en su Ora Maritima de una guía de navegación de Massalia del siglo VI antes de Jesucristo, emplazándose el límite septentrional de Iberia en el río Oranus, cerca de Montpellier, que separaba a los iberos de los ligures.
La inclusión en Iberia de los territorios del círculo de Tartessos también ha dado pie a distintas disquisiciones. La Iberia entre los ríos Tinto y Guadiana ha sido considerada una interpolación tardía por Bosch y Gimpera, aunque otros autores han interpretado que fue un confín al que accedieron los comerciantes griegos en sus primeros contactos con la Península. En el 230 antes de Jesucristo, Eratóstenes apuntó Gades como el límite entre los iberos y los celtas.
Polibio, que asistió al sitio de Numancia en el 134-132, se decantó por considerar Iberia el territorio ribereño del Mediterráneo, aunque a veces extendió la noción a toda la Península. El geógrafo Estrabón siguió posteriormente un camino similar. A su modo, la aplicación del término Iberia nos habla de la evolución de las relaciones de los griegos con la Península a lo largo de la Antigüedad.
Bibliografía.
Ruiz, A. y Molinos, M., Los iberos. Análisis arqueológico de un proceso histórico, Barcelona, 1993.
José Hernández Zúñiga.