HÉRCULES, MÍTICO FUNDADOR DE CIUDADES DE LA PENÍNSULA IBÉRICA.

01.10.2024 08:42

               

                “Después de la generación de los celtíberos, que habían poblado la tierra llamada Celtiberia, vino aquel magnífico e insigne barón llamado Hércules a esta tierra con una gran compañía de caballería de griegos, expulsando belicosamente a sus primeros pobladores, cuyo señor era en aquel tiempo un príncipe llamado Gerión, que el magnífico barón Hércules mató; y después, aniquilados los primeros pobladores, volvió a poblar la tierra con su gente griega. Tras haber conquistado la tierra, el magnífico barón comenzó a alzar muchas insignes ciudades y villas, como se menciona más abajo. E hizo poblar en primer lugar la ciudad que hoy se llama Sevilla, que llamó Híspalis por estar rodeada de un círculo de palos. Después mató a Caya, el gran gigante, que era señor de la gran montaña y de toda aquella tierra. Aquí el magnífico barón edificó otra ciudad llamada Tarazona, que pobló con gente de Ter y Osona, de ahí su nombre. Y en aquel tiempo la tierra que hoy es Italia se llamaba Tiri. Después edificó Tarragona, que intituló con su nombre llamándola Arcana. Más tarde, por un tiempo, fue despoblada por los romanos y más tarde vuelta a poblar por los godos, poniéndole el nombre que ahora tiene. Más tarde pobló Balaguer y la Seo de Urgel, y después en Osona la ciudad de Vic, poblando aquella ciudad como señal de victoria que había logrado por las gentes de Osona al conquistar Urgel. Después pobló Manresa, llamada así por ser la población menor.

                “Y estando el magnífico barón en la ciudad de Vic y tierra de Osona, todos los reyes de los griegos se congregaron en la ciudad de Atenas para ir contra Troya la Grande, por la violencia que había estado hecha a Menelao por Paris, hijo del rey Príamo de Troya, que le había tomado a su mujer Helena. Y por esta razón, los mencionados reyes habían hecho su consejo en Atenas y habían hecho su presidente mayor al rey Agamenón, hermano del mencionado Menelao. Y el rey presidente, con los otros reyes, acordó enviar una embajada al magnífico barón Hércules, en nueve barcas, que lo irían buscando donde estuviese. Y al surcar el mar, se toparon con la mala fortuna del tiempo y padecieron la tempestad cerca de la costa, ante el monte de Jovis, naufragando ocho de las nueve barcas, dándose de bruces contra el monte hoy llamado Montjuic.

                “Las gentes de la novena barca que se salvó, llegados al Cap Bell, encontraron gentes de la tierra, preguntándoles dónde se encontraba el magnífico barón, indicándoles que se encontraba en Osona. Y tan prestamente, los embajadores se fueron donde el barón se encontraba. Cuando estuvieron con él, le dijeron cómo se habían perdido las barcas y las gentes que los acompañaban donde se habían perdido. Por tal razón, el magnífico barón Hércules, para estar en memoria de los que vendrían después, que por buscarlo se hubieran perdido tantas barcas y tantas gentes, edificó una ciudad y la pobló de las gentes de la novena barca salvada. Y fue llamada la ciudad Barcanova, y esta fue la última ciudad que pobló en esta tierra. Una vez poblada, emprendió el viaje en busca del rey Agamenón y de los otros reyes griegos, como había estado requerido. Dejó por regidor en toda la tierra de Celtiberia un criado caballero suyo, llamado Spay.

                “Y marchando el barón Hércules en su viaje, finalizó sus días sin cumpir con los reyes de los griegos (…). Tras la muerte del magnífico barón, el caballero Spay se hizo rey de toda la tierra que le fue encomendada, intitulándose la tierra con su nombre propio, llamándola Spanya.”

                Pere Tomic, Històries e conquestes del realme d´Aragó e principat de Catalunya. Edición de Joan Iborra, Catarroja-Barcelona, 2009, pp. 162-163.

                Selección y adaptación al castellano actual de Víctor Manuel Galán Tendero.