ESPAÑA Y GRAN BRETAÑA SE ENFRENTAN POR LAS MALVINAS.
España y Francia habían concertado el Tercer Pacto de Familia en 1761, que más que un acuerdo dinástico entre las dos grandes cortes borbónicas era una verdadera alianza militar frente a Gran Bretaña. La tardía entrada de España en la guerra de los Siete Años (1756-63) se saldó con un fracaso, aunque el resultado para Francia fue peor.
Francia decidió ceder entonces a España Nueva Orleans y el territorio de Luisiana Occidental. El duque de Choiseul, el poderoso secretario o ministro de Luis XV, mantuvo el Pacto, a la espera de una nueva guerra contra los británicos. Había preferido más a España que a Austria al respecto. Reformó las fuerzas armadas y fortaleció los dominios antillanos franceses. Ordenó la ocupación de Lorena y Córcega. También tomó parte en la ofensiva general contra la Compañía de Jesús, que fue expulsada de Francia. Sin embargo, las intrigas cortesanas llevaron a su caída en 1770.
La alianza hispano-francesa se había ido enfriando. Luis XV declaró su neutralidad en caso que España rompiese las hostilidades, temeroso de una nueva guerra que le ocasionara disputas con los Parlamentos por los impuestos. Además, los movimientos rusos contra Suecia preocupaban seriamente en París y la armada francesa se preparó en Tolón sin dar aviso a España. En este momento de desconfianza, estalló el conflicto por las islas Malvinas.
Ubicadas en una estratégica posición, permitían el control de la navegación entre el Atlántico y el Pacífico. “La Malvina y bahía de San Julián son las llaves del Sud y reinos que allí tenemos, los cuales entonces con que el virrey del Perú se dedicase a cubrir los puntos principales y fortificar aquellos dos o tres esenciales, estaría inconquistable a fuerzas que hubiesen de ir de Europa y el comercio ilícito no tendría ningún apoyo”, sostenía el ministro de Carlos III marqués de Grimaldi en 1764. Ante las protestas diplomáticas españolas, los franceses cedieron en 1767 su establecimiento de Puerto Luis en la isla de la Soledad, fundado en 1764. Desde el virreinato del río de la Plata se designó gobernador de las islas a Felipe Ruiz Puente.
Por entonces, los británicos también se habían fijado en el archipiélago. Con secreto, se establecieron en 1765 en Port Egmont. Desde la América continental española se seguían estos sucesos con preocupación y en mayo de 1770 partió de Montevideo una expedición de cuatro buques de guerra y 1.500 hombres. En junio tomaron Port Egmont o Puerto de la Cruzada tras intimar a la rendición a los defensores y hacer frente a la adversidad del viento, el granizo y la nieve.
El secretario británico lord North no mostró muchas ganas de emprender una nueva guerra contra España, pero la oposición parlamentaria le forzaba a tomar una mayor determinación. Luis XV no secundó a Carlos III en este conflicto y al final se llegó en 1771 a un acuerdo secreto entre España y Gran Bretaña: la primera restablecería Port Egmont y reconocería la segunda la soberanía española sobre las islas. Los británicos fueron mermando su guarnición hasta 1774 y en 1780 los españoles terminaron de destruir Port Egmont.
Las autoridades virreinales de Buenos Aires alertaron posteriormente de la llegada a la isla de la Soledad de naves británicas, con la intención de establecerse. No sería la última vez que el archipiélago se viera envuelto en un conflicto internacional.
Fuentes y bibliografía.
ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, Estado, 2858, Expediente 2.
Goebel, J., La pugna por las islas Malvinas. Un estudio de la historia legal y diplomática, Yale, 1983.
Víctor Manuel Galán Tendero.