ESPAÑA CALIBRA ATACAR JAMESTOWN. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
La firma de la paz entre España e Inglaterra en 1604 no supuso el fin de las rivalidades y de las suspicacias entre ambas. Los españoles vieron con preocupación los avances de la colonización inglesa en Norteamérica, particularmente con la fundación de Jamestown en 1607, el punto de inicio de la Virginia inglesa.
El 8 de noviembre de 1608 se ordenó al gobernador y capitán general de Florida Pedro de Ibarra que mandara al capitán Francisco Fernández de Écija a que pasara el cabo San Román y reconociera el norte en busca de busca de establecimientos ingleses o de otras naciones. Comandaría una pequeña fuerza expedicionaria de veinticinco hombres de guerra y de mar, además de contar con los servicios de una traductora amerindia, casada con un español.
El 26 de junio de 1609 salió de San Agustín y el 8 de julio llegó al río Jordán, a cuatro leguas de Jamestown, donde recalaban los navíos ingleses. Supo de la cerca de madera del establecimiento y de su estrecha relación con los amerindios, expresada en términos de confederación.
A su regreso, los españoles temieron que los ingleses pretendieran internarse desde allí hasta el corazón de sus dominios, en la minera Zacatecas, y alcanzar la costa pacífica para comerciar con China, perturbando la navegación y la seguridad del Pacífico hispano. La seguridad del imperio español peligraba.
En vista de ello, la junta de guerra de Indias se pronunció el 5 de marzo de 1611 sobre la ocupación inglesa de Virginia, bajo el temor de la extensión del protestantismo y de nuevas conquistas. Se propuso enviar a dos religiosos como espías en los navíos ingleses que fueran a Virginia para conocer su fuerza exacta.
Sin embargo, don Diego de Ibarra y don Fernando Girón fueron de un parecer más enérgico. Aconsejaron reunir con prontitud una fuerza de cuatro a cinco mil hombres, con las naves necesarias, para marzo de 1612. Para recabar más detalles, se interrogó a marineros ingleses en La Habana.
Al final, todo quedó en agua de borrajas, pues en la junta de guerra pesó más el deseo de mantener la paz con Inglaterra que de abortar una de sus fundaciones coloniales.
Para saber más.
William S. Goldman, “Spain and the Founding of Jamestown”, The William and Mary Quarterly, 68 (3), 2011, pp. 427-450.