EL NÚMERO DE VÍCTIMAS DE LA ESCLAVITUD AFRICANA (1519-1867). Por Víctor Manuel Galán Tendero.
El tráfico de esclavos ha marcado dramáticamente la Historia de África, hasta tal punto que muchos historiadores la responsabilizan del atraso del continente en último término. La carencia de personas acentuaría el dominio de un medio exuberante en muchas de sus regiones, obstaculizando ciertos desarrollos sociales. Lo cierto es que humanamente la trata resultó degradante y con la ampliación de los horizontes geográficos de los pueblos europeos aumentó con fuerza.
Las sociedades de la Europa medieval, como las de la cuenca mediterránea, mantenían la esclavitud a nivel doméstico, empleando a las personas esclavizadas como servidores o auxiliares de las labores artesanales. La exploración portuguesa del Atlántico potenció el negocio azucarero de sus islas y los africanos comenzaron a ser destinados allí. Con la colonización española de América, descendió la población amerindia intensamente en áreas como las del Caribe, de tal forma que los portugueses comenzaron a vender esclavos africanos como mano de obra de sustitución. Aquellas personas se encontraban aclimatadas generalmente al medio tropical y eran capaces de sobrevivir a las enfermedades difundidas por los europeos, que diezmaban a los amerindios aun no inmunizados.
Con factorías en la costa africana, los portugueses se introdujeron en los circuitos comerciales de los pueblos de África, algunos de los cuales emprendían expediciones predatorias contra otras gentes para conseguir beneficios con la trata. Terriblemente, algunos jefes locales tomaron parte activa para lograr riqueza con el fin de disponer de séquitos más numerosos de seguidores, al precio de alimentar la falta de personas en el territorio.
Después de importantes estudios, conocemos las cifras de la trata esclavista, ciertamente espantosas:
1519-1600 |
266.000 |
1601-1700 |
1.252.800 |
1701-1800 |
6.096.200 |
1801-1867 |
3.446.800 |
TOTAL |
11.061.800 |
Se ha explicado el salto del siglo XVI al XVII por la irrupción de los holandeses a gran escala en la trata esclavista africana. En lucha con españoles y portugueses, conquistaron en la década de 1630 territorios del Norte brasileño. Intentaron crear una colonia de explotación azucarera tropical y buscaron afanosamente esclavos africanos. En 1637 tomaron a los portugueses El Mina y Luanda en 1641. Cuando fueron expulsados de Brasil, prosiguieron vendiendo africanos a otros. Ingleses y franceses crearon sus propias compañías, que también se sumaron al tráfico esclavista.
En el siglo XVIII, la trata alcanzó su cénit, coincidiendo con el auge de las economías de plantación de la América tropical, como la británica Jamaica o el Haití francés. El auge de la Cuba española es posterior, del decimonónico tiempo de la abolición legal de la trata impulsada por los británicos. Los trayectos comerciales triangulares surcaron el Atlántico, en los que los esclavos vendidos en América eran comprados por productos europeos como los fusiles. A costa del sufrimiento humano, se hicieron grandes beneficios. Los africanos arrancados de su tierra no dejaron de imprimir su carácter, en la medida de sus posibilidades, en suelo americano.
Fuente.
John ILIFFE, África. Historia de un continente, Madrid, 2013, pp. 198-199.