19.11.2020 17:09
El Desastre del 98 es un hito trágico de la Historia de España. Toda persona de una edad y de una formación lo asocia a decadencia y ruina, haciéndose eco de las voces críticas de los literatos de su insigne Generación.
Sin embargo, la historiografía reciente ha reconsiderado la cuestión, alejándose de la tradicional visión de las escuadras derrotadas en Ultramar. Los políticos de la Restauración eran conscientes que la estabilidad y la supervivencia del régimen de 1876 se encontraban en juego y terminaron inclinándose por la guerra con los Estados Unidos, que al final concluyó de forma menos desastrosa de lo que se ha reconocido a veces. España no tuvo que afrontar una paz leonina como la Francia de 1871 o la Alemania de 1919. Intelectuales como Ángel Ganivet, el precursor de la Generación del 98, ya entrevieron las ventajas de la guerra en El porvenir de España (Madrid, 1898):
"Demos por vencida también la falta de estaciones de carbón propias para nuestros buques, y aún faltará algo importantísimo: dinero para costear las escuadras, el cual ha de ganarse explotando esas colonias que se trata de defender. Porque sería más de tonto comprar una escuadra formidable en el extranjero para enviarla a Filipinas o asegurar el negocio que allí mismo hacen los extranjeros. Más lógico es dejarse derrotar "heroicamente". Acaso la batalla más discretamente perdida, entre todas las de nuestra historia, sea esa batalla de Cavite, que usted, compañero Unamuno, comparaba en tono humorístico con la de Villalar."
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.
