EL GOBIERNO DE LOS PLANTAGENÊT. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los Plantagenêt fueron una de las grandes dinastías de la Europa medieval, con figuras tan destacadas como Enrique II, Ricardo Corazón de León o Juan sin Tierra, sin olvidar a la gran Leonor de Aquitania, esposa y madre de reyes. Sus andanzas desde Irlanda a Tierra Santa dieron mucho que hablar, y su legado institucional resultó ciertamente apreciable.
El control de varios dominios distó de ser sencillo para unos reyes de la Europa de los siglos XII y XIII. Cada uno tenía sus grupos dirigentes y sus particularidades legales, que cabía respetar para ser obedecido. Los reyes Plantagenêt no titubearon en nombrar a los servidores para las distintas funciones de gobierno, fueran clérigos o caballeros, pero reconocieron que algunas pasaran a ser hereditarias entre ciertos linajes distinguidos por su favor.
En el reino de Inglaterra y el ducado de Normandía los feudos respondieron al control del monarca, él mismo un gran señor feudal, aunque el tratado de Westminster de 1153 viniera a reconocer su carácter hereditario. Gracias a tal supervisión, los Plantagenêt pudieron movilizar fuerzas con mayor solvencia que sus rivales los reyes de Francia durante muchos años.
Como condes de Anjou también se interesaron en reforzar su autoridad y ampliar su territorio con Maine y Touraine. En el ducado de Aquitania realizaron una tarea ardua, dados los enfrentamientos entre nobles y ciudades. Se abolieron los peajes de los primeros y se refrenó a los prohombres de las segundas en provecho de unos reyes que hicieron uso de la profecía como arma política para conseguir sus objetivos.
Para saber más.
Martin Aurell, El imperio Plantagenet, 1154-1224, Madrid, 2012.