EL DESPLAZAMIENTO DE LA ARISTOCRACIA ANGLOSAJONA POR LA NORMANDA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
Los vikingos y sus herederos remodelaron la geografía política de una buena parte de la Europa medieval, desde Islandia hasta Rusia, abarcando del Norte de Escandinavia a Sicilia. Los normandos de Guillermo el Conquistador de Inglaterra fueron en parte descendientes de los vikingos que se asentaron en la región a la que dieron nombre. En el 1066 se enfrentaron con los anglosajones duchos en combatir con los escandinavos. Tales enfrentamientos no dejaron de tener un aire ciertamente familiar, pero normandos y anglosajones tenían distintas formas de gobierno antes de cruzar armas.
En términos muy generales, puede decirse que los normandos ya habían desarrollado el sistema de concesión de un feudo a cambio de la prestación del vasallaje, lo que permitió a su duque disponer de una importante fuerza de caballería. Los monarcas anglosajones dispusieron de una completa administración territorial de condados, confiados a una serie de servidores regios con capacidad de aplicar las leyes. Acuñaron buena moneda y pusieron en pie un ejército considerable. Su gobierno recordaba más al de la Europa carolingia, muy influida por las tradiciones del Bajo Imperio.
Los conquistadores normandos tuvieron el acierto de acomodar tal sistema a su formación feudal. Al igual que en Sicilia, su genio político les condujo a ser pragmáticos y a aprovechar elementos precedentes. Unos ocho mil normandos, según se ha calculado, se convirtieron en posesores de tierras en Inglaterra, bajo la autoridad del rey Guillermo, que tuvo la cautela de entregarlas repartidas en parcelas por distintos puntos del reinos. Se evitaba la forja de un poder nobiliario territorial fuerte y orgullosamente encaramado a una región. Al mismo tiempo, se favorecía su servicio feudal al modo normando.
Para dar cumplimiento a todo ello, se confiscaron las posesiones de los nobles anglosajones, seguidores del derrotado rey Haroldo, lo que encendió varias rebeliones, que a su vez determinaron la construcción de muchos castillos, elementos característicos del nuevo gobierno, el del yugo normando de los autores románticos. Los normandos no solo se hicieron con las tierras. Viudas e hijas de los derrotados tuvieron que casarse con los conquistadores. Tampoco se confió a los anglosajones tareas de responsabilidad en el gobierno secular y eclesiástico.
Los anglosajones vencidos siguieron la amarga ruta del exilio. Se dirigieron a Escocia, Irlanda y Escandinavia, pero también al más lejano imperio bizantino, donde formaron parte de la temida guardia varega de su emperador. Para ellos, la conquista normanda resultó ser una pesadilla, aunque en la nueva Inglaterra la vieja esclavitud perdiera importancia en favor de la servidumbre. La sustitución de una aristocracia por otra no fue única de la conquista normanda, pues también se dio en otros puntos de la Europa medieval. Asimismo, no resultaría ser la última vez que tal proceso acaeciera en la Historia de las islas Británicas, como bien prueba el caso de la Irlanda de los siglos XVII y XVIII.