EL COSTE DE UNA CAMPAÑA MEDIEVAL. Por Víctor Manuel Galán Tendero.
El siglo XIII fue el de las grandes conquistas cristianas en Al-Ándalus, coincidiendo con el derrumbe del imperio almohade. Los monarcas de la Hispania cristiana acariciaron la idea de extender su poder al Norte de África, como fue el caso de Fernando III y su hijo Alfonso X. El recio hijo del rey Sabio, Sancho IV, firmó en 1291 con Jaime II de Aragón el tratado de Monteagudo, de reparto del África del Norte: al Oeste del río Muluya para los castellanos y para los aragoneses el Este.
Sin embargo, tales objetivos distaron de cumplirse. Castilla entró en una época de severas confrontaciones internas y Aragón se comprometió en otros frentes. Ambas coronas peninsulares disputaron agriamente por la hegemonía peninsular. Por otra parte, la Granada nazarí demostró su carácter correoso y resistente, mientras en el Norte africano se afirmaba el poder de los benimerines, que pronto se proyectó a Hispania.
En 1308 castellanos y aragoneses concertaron contra Granada una nueva alianza, la de Alcalá de Henares. Mientras los castellanos tomarían Algeciras y Gibraltar, Almería lo sería por los aragoneses. Jaime II de Aragón obtuvo el derecho a hacerse con el dominio de la sexta parte del emirato nazarí. Ordenó desplazar hacia el Estrecho diez galeras y cinco leños. Puso en pie una considerable fuerza de 218 compañías de caballería pesada, de un solo corcel noventa y cuatro. Entre julio de 1309 y enero de 1310 puso sitio a Almería, pero fracasó rotundamente.
Recientemente se ha hecho hincapié en los motivos financieros de la derrota.
Jaime II gastó al comienzo la notable suma de 2.028.126 sueldos y 8 dineros barceloneses y medio, pero en el resto de la campaña se gastaron 3.746.091 sueldos y 8 dineros más.
Los fondos destinados habían sido ampliamente superados. Los tributos recaudados inicialmente, como la décima eclesiástica otorgada por el Papa, rindieron la buena cantidad de 2.504.692 sueldos y 6 dineros barceloneses, pero la necesidad de más dinero requirió nuevas exigencias. Si en los inicios del asedio se pudieron destinar 441.339 sueldos y 5 dineros, los subsidios de noviembre de 1309 ofrecieron 704.597 sueldos y 6 dineros y la ganancia de la moneda jaquesa otros 112.500 sueldos. El esfuerzo supo a poco y la empresa arrojó un pasivo de 2.033.556 sueldos y 3 dineros y medio. El quebranto financiero era evidente e hipotecó la capacidad de acción aragonesa en los años siguientes.
Bibliografía.
Vicent Baydal, La croada d´Almeria, 1309-1310. La host de Jaume II i el finançament de la campanya, 2012.