18.11.2022 12:23
Desde 1477, el Protomedicato se encargaba de supervisar la buena marcha de los oficios sanitarios, como el de los boticarios. El del reino de Aragón perdió a su titular a mediados del siglo XVII, y concurrieron distintos candidatos a reclamar su ejercicio.
En 1650, el colegio de boticarios de Zaragoza se quejó amargamente de la falta de inspección o de visita de muchas boticas en los últimos tiempos, cuando más de un titular había fallecido. Ante tal eventualidad, reclamaron el Protomedicato del reino de Aragón, tal y como ya lo tenían los de Valencia.
Para reforzar su reclamación, recordó el colegio de boticarios su aportación de recursos a la campaña de Fuenterrabía, así como sus posteriores servicios en el frente de Cataluña. Por si fuera poco, ofrecieron al rey 20.000 reales de plata doble.
Los boticarios zaragozanos no fueron los únicos en reclamarlo, pues también lo hizo Juan Garcés, el médico de la Diputación de Aragón y del Hospital de Nuestra Señora de Gracia, un ciudadano de Zaragoza que no dejó de sacar a relucir sus servicios a la corona para alzarse con el valioso Protomedicato.
Fuentes.
ARCHIVO DE LA CORONA DE ARAGÓN.
Consejo de Aragón, legajos 0038, 198-199.
