EL CINE Y LA POLÍTICA. Por Clara Soriano Sánchez.
La política ha estado presente desde los comienzos de nuestra Historia; el cine, en cambio, desde hace relativamente poco. Antiguamente se podía manejar a la gente por medio de la psicología que poseía la persona interesada, lo que a veces era menos eficaz al requerirse una gran habilidad.
Se piensa que el cine está creado para la diversión, aunque siempre hay que ir más allá. El cine es un arma muy poderosa cuando conecta con la política, plena de redes clientelares de poder, a veces similares a mafias.
Actualmente muchos directores utilizan el cine para transmitir sus propias ideas políticas. En principio podemos estar viendo junto a unos niños una película de dibujos animados, del estilo de los Simpsons, con transfondo político para adultos. Como dice el amigo Alejandro Lleó "Muchas veces se disfrazan ideas muy duras con un arcoiris y amor".
Sin darnos cuenta podemos ser víctimas de tal dominio al creernos lo que nos relatan. Un ejemplo muy claro lo constituye la película Raza, cuyo guión escribiera Francisco Franco, que bajo una historia familiar nos ofrece una propaganda filofascista notable. La dominación de las masas es un objetivo de la política actual. La televisión, gran servidora del cine, lo busca. En muchas ocasiones la población actual tiende a creerse muchos mensajes políticos camuflados en series y en películas más allá de las simples noticias. Todo lo domina la política.