EL ALZAMIENTO DE ASUNCIÓN CONTRA CABEZA DE VACA (1544).
Los españoles que conquistaron tierras americanas terminaron enfrentándose entre sí en varias ocasiones. Rivalizaron por las riquezas y los honores, a la par que se reprocharon los errores y los fracasos. Cortés y Velázquez mantuvieron una viva rivalidad durante la conquista del imperio azteca. Los seguidores de Pizarro y Almagro se combatieron con saña. La promulgación de las Leyes de Indias y la afirmación de la autoridad real añadieron elementos de discordia muy vivos. En la cuenca del río Paraguay aconteció en el 1544 otro sonado enfrentamiento entre españoles.
La exploración, conquista y colonización de aquellas regiones meridionales de la América del Sur había sido muy accidentada hasta el momento. Se temía la expansión de los portugueses desde los territorios del Brasil y al mismo tiempo se anhelaba acceder desde el río de la Plata a un opulento imperio amerindio. En lugar de una sociedad organizada al modo incaico, los españoles se encontraron comunidades tribales, a veces hostiles. En el Paraguay lograron la alianza de los guaraníes y los españoles no dudaron en practicar en consonancia la poligamia. El llamado Paraíso de Mahoma vio florecer la primigenia ciudad de Asunción.
El andariego Álvar Núñez Cabeza de Vaca ejerció como gobernador desde marzo de 1542. Se mostró dispuesto a emprender nuevas expediciones y a que los vecinos de Asunción observaran un comportamiento más disciplinado según los cánones de la monarquía. El 8 de abril de 1544 retornó a Asunción junto a sus fuerzas españolas y guaraníes. Ordenó el cese de las incursiones contra los amerindios agaces, enemigos de los indígenas lugareños, que los acusaban de depredarlos y de raptarles sus mujeres. Tal decisión causó un gran enojo entre parte de los vecinos españoles.
El sistema de vida implantado por los primeros colonizadores se veía amenazado, especialmente cuando se planteaba la aplicación de las controvertidas Leyes de Indias. Parte de los españoles tomó la determinación de acabar con el poder del aborrecido gobernador. El día de San Marcos de 1544, fue apresado tras un alzamiento que consiguió mover unos cien vecinos. El mismo Cabeza de Vaca nos ofreció en sus Comentarios una narración muy vivaz de lo sucedido. Los alzados prorrumpieron en gritos de libertad, pero de fidelidad al rey. No se presentaban, al modo de su tiempo, como contrarios a su autoridad, sino como sus restablecedores, salvándola de sus malos servidores. Dijeron que el gobernador pretendía privar a los vecinos de sus repartimientos y tierras, pero a la hora de la verdad algunos dudaron en secundar el levantamiento. Flotaba en el ambiente el fuerte cargo de traición, una vez que se había amenazado con ballestas al gobernador para encarcelarlo.
Los alzados más significados actuaron con determinación. Movilizaron con fuerza a sus partidarios, tomaron los oficios de alcalde mayor y alguacil para sí y nombraron gobernador al veterano capitán Domingo Martínez de Irala. Cabeza de Vaca terminó siendo despachado a España, mientras Asunción quedó dividida en facciones, como había sucedido en muchas urbes de la Castilla del siglo XV. La justicia fue acusada de parcialidad por unos y otros, según el sentido de las sucesivas ejecuciones. El depuesto Cabeza de Vaca acusó a sus enemigos de alentar la marcha de los buenos frailes y de permitir a los amerindios el canibalismo, so capa de combatir a sus adversarios indígenas. Lo sucedido en Asunción nos habla con elocuencia de las tensiones que se desarrollaron en la América española de mediados del siglo XVI, proyectándose en este caso la sombra de las Comunidades. En aquella competitiva sociedad, muchos quisieron alcanzar el triunfo invocando resonantes palabras.
Fuentes.
Álvar Núñez Cabeza de Vaca, Comentarios, Buenos Aires, 2008.
Víctor Manuel Galán Tendero.