DUNKERQUE O LA DIFÍCIL OPERACIÓN DINAMO. Por Gema Valero Trujillo.
Nos situamos en los turbulentos momentos de 1940, cuando la Operación Dinamo no duró más de diez días, que fueron trascendentales para Gran Bretaña, cuando se salvó la FEB (la Fuerza Expedicionaria Británica) enviada para la defensa del territorio de Francia y posicionada en Nantes y Cherburgo.
Como es de sobra conocido, el plan de Alemania era invadir Francia evitando la línea defensiva Maginot y atravesar la bolsa entre Bélgica y Holanda. Sin embargo, Hitler cambió el plan y decidió sorprender a los aliados atacando por las Ardenas. Ante el giro de los acontecimientos, muy favorable a los alemanes, el general John Gort ordenó la evacuación de las tropas aliadas en Francia (más de 300.000 soldados británicos, franceses y belgas). El general decidió desplazar las tropas hacia la ciudad portuaria de Dunkerque, donde los marines británicos los esperaban para conducirlos a su país. Hitler envió varios tratados de paz y el premier Churchill los ignoró. Aun así, Hitler siguió intentándolo y dando algunas ventajas a los soldados británicos en Francia. En su orden racista reservaba al imperio británico un papel “regulador” de las razas que consideraba “inferiores”.
El día 2 de junio partió el último barco en dirección a Reino Unido. Al día siguiente, se rescataron soldados desde embarcaciones particulares. El 4 de junio, viendo que nadie iba a ir por ellos, grupos de soldados británicos que habían quedado en el continente decidieron rendirse ante los alemanes, mientras las tropas francesas optaron por abrirse paso hacia el Sur, pero finalmente tuvieron que capitular. No obstante, en los diez días que duró el rescate (del 26 de mayo al 4 de junio), aproximadamente 287.802 soldados (en su mayoría británicos) volvieron a sus hogares. Entre tanto, 1.250.000 soldados aliados fueron presos por los alemanes. Todas las armas de los aliados se quedaron en la playa de Dunkerque, siendo una ventaja para los alemanes y una gran pérdida de dinero y armamento de Reino Unido.
Así pues, el “Milagro de Dunkerque” en realidad es la “Catástrofe de Dunkerque”. Si Hitler no hubiera dado tantas oportunidades a los británicos por un tratado, habría sido una de las mayores masacres aliadas de la Segunda Guerra Mundial. En el Reino Unido se mostró la situación como un “milagro”, por motivos obvios, sin querer dejar ver al mundo una de sus grandes derrotas.