DON JUAN MANUEL Y SU NOCIÓN DE LA HISTORIA. Por Vìctor Manuel Galán Tendero.
El reinado de Alfonso X el Sabio fue pródigo en muchos aspectos, como los de la cultura. Bajo la tutela del monarca, se procedió a una verdadera sistematización de varios saberes, como el de la historia. Su legado, a despecho del trágico final del reinado de don Alfonso, no cayó en saco roto, y uno de sus más destacados continuadores fue su sobrino el infante don Juan Manuel, bien consciente del deseo de extender el saber y el conocimiento de su regio tío.
Político, guerrero e intelectual, tuvo a bien abreviar su Crónica para facilitar su difusión y lectura entre un auditorio más amplio que el cortesano. El conocimiento histórico no era para ser tenido a la ligera, según el infante. Siguiendo a San Juan Damasceno, las personas necesitaban ejemplos para entender las cuestiones sutiles. De esta manera actuaría conforme a su libre albedrío. Su pasión por ofrecer consejos y modos de conducta fue más allá de su celebérrimo conde Lucanor, y entroncó con su ambición política de guiar y aconsejar al mismo rey.
Su obra abarcaba desde el diluvio universal a la muerte, en medio de grandes llantos al modo castellano, de don Fernando III, su venerado abuelo. Emparejó la historia romana con la cristiana. Destacó la fuerza destructiva de las invasiones bárbaras, ensalzando a los godos a la par. Tras clamar contra el peligro de Mahoma y de sus seguidores, tampoco tuvo empacho en acoger los relatos legendarios sobre don Rodrigo, del conde Fernán González contra Almanzor o el Cid Campeador. Fruto de una intensa compilación y acomodación de distintas obras históricas, sus ideas eran las de un caballero orgulloso de su fe y de Castilla, pero que también admiraba las hazañas de griegos y romanos, un primer rasgo de eso que se ha venido en llamar Renacimiento.
Fuentes.
Crónica abreviada. Biblioteca virtual Katharsis.