DOCUMENTO HISTÓRICO. Pistolas texanas contra flechas comanches.
“El pionero americano llevó a Texas con él la pistola –la vieja pistola de duelo de un solo disparo, o bien la pequeña arma tipo derrringer, o bien la gran pistola de arzón (también de un solo tiro). La pistola de arzón podía ser utilizada mientras se cabalgaba, pero el jinete difícilmente podía llevar consigo más de dos. En el mejor de los casos, los primeros texanos podían disponer, cuando iban a caballo de tres disparos, el del fusil y los de cada una de las pistolas.
(…)
“Ahora veamos las armas que portaba un comanche. Para defenderse el guerrero llevaba un escudo sujeto a su brazo izquierdo; como armas defensivas llevaba una lanza de más de tres metros, (…) un arco y un carcaj lleno de flechas de punta de pedernal o de hierro. Armas que usaba eficazmente para cazar y combatir.
“Imaginemos ahora un combate entre texanos y comanches. (…) En términos generales, el indio tenía gran parte (de las ventajas). El texano llevaba como mucho tres disparos (…) y le costaba un minuto volver a cargar su arma; en el mismo tiempo el indio podía alejarse bastantes metros y disparar unas veinte flechas.”
W. PRESCOTT, The great Plains, Nueva York, 1973. Editado por Carlo A. Caranci en el Oeste americano, Cuadernos historia 16, nº. 251, Madrid, 1985.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.