“Oh hermano, marido, tío, sacerdote de Ptah, no dejes de comer, beber, emborracharte, amar, divertirte, hacer lo que te plazca día y noche; no dejes que la pena se adueñe de tu corazón: ¿cuántos son los años, por muchos que sean, que pasas sobre la tierra?
“El Occidente (el más allá) es una región de sueño y pesadas tinieblas, un lugar donde permanecen los que allí moran. Dormidos en su forma de momias, no se despiertan para ver a sus hermanos, no advierten la presencia de su padre o de su madre; su corazón olvida a sus mujeres e hijos. El agua fresca que la tierra tiene para quien vive sobre ella, es agua podrida para mí; va hacia los que están sobre la tierra, pero está podrida para mí, el agua que junto a mí está. Desde que he llegado a este valle fúnebre, no sé qué es de mí.
“Dadme de beber agua corriente, diciéndome. “No apartes del agua tu vaso de libaciones.” Colocadme con la cara hacia el viento del norte, al borde del agua, y que el frescor calme la pena de mi corazón.”
Inscripción de una estela funeraria citada por E. Bevan en Histoire des Lagides, París, 1934.
Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.