DOCUMENTO HISTÓRICO. El bien social de los cementerios extramuros.

01.11.2015 10:52

                “A fin de desterrar estas y semejantes preocupaciones del vulgo se compuso esta obra, en que se demuestra, que la disciplina antigua de la Iglesia es la que ahora se pretende restablecer, enterrando los cadáveres de los fieles en los cementerios fuera de los templos y de las poblaciones (…)

                

                “También me han determinado a esto los sucesos nuevamente ocurridos en la ciudad de Huesca, de que he sido testigo ocular, y son los siguientes. En el mes de Enero del presente año hicieron Misión en dicha ciudad los Padres de la Congregación de San Vicente a Paulo de la Casa de Barbastro. La iglesia en que se hizo es la de San Lorenzo, donde son frecuentes los entierros, y aunque es muy capaz, está honda, húmeda, rodeada de casas, y poco ventilada. Durante la Misión acontecieron muchos desmayos: día hubo en que llegaron a veinte, y muchos de ellos al principio y a mitad del Sermón, cuando no podían atribuirse al terror concebido de oír ejemplos espantosos, y en algunos en horas distintas, como se vio en Manuela Otto, doncella de 18 años, la que entró en el templo luego que se abrieron las puertas por la mañana, y a poco rato cayó muerta de repente. Algunos de los deliquios fueron tan ejecutivos, que a más de dar muerte repentina a la referida doncella, fue preciso administrar a otros la Extremaunción en la misma iglesia y en las casas vecinas, y en varios fueron principio de fiebres benignas y malignas. He consultado con los mejores médicos de la ciudad y con otros físicos y sujetos ilustrados, y no son pocos los que no han reconocido por causa, a lo menos parcial, de las referidas desgracias las emanaciones cadavéricas, que con el calor del gentío debían fermentarse y exhalar con abundancia.”

             Fray Ramón de Huesca, Nueva instancia a favor de los cementerios contra las preocupaciones del vulgo. Tratado en que discurriendo por las épocas más notables se demuestra que enterrar a los muertos en los cementerios, fuera de los templos y las poblaciones, es conforme a la piedad cristiana y necesario a la salud pública. Pamplona, Imprenta de la viuda de Ezquerro, 1792, pp. 4-6.

                Selección de Víctor Manuel Galán Tendero.