DEL ACEBUCHE AL CULTIVO DEL OLIVO. Por Remedios Sala Galcerán.

17.08.2016 09:19

                

                Uno de los árboles más característicos del paisaje mediterráneo es el olivo, bien adaptado a sus peculiares condiciones climáticas hasta los trescientos metros de altitud de media. Las comunidades humanas lo han convertido en uno de sus activos, pues tierras ya cultivadas desde mucho vuelven a tener una nueva vida.

                Los estudiosos del neolítico han tratado de rastrear cómo las personas consiguieron hacerse con sus preciados resultados. Los datos proporcionados por vestigios de maderas, carbones y de huesos encontrados en distintos yacimientos arqueológicos nos hablan de una Historia realmente antigua.

                La primera evidencia de olivo silvestre o acebuche se ha hallado en Har Ha Negev en el 43.000 antes de Jesucristo, en pleno Paleolítico Medio. Al otro lado del Mediterráneo se ha determinado su presencia en la Cueva de Nerja en el 8.860 antes de nuestra Era.

                Poco a poco los primeros agricultores consiguieron pasar del acebuche al olivo cultivado, que los especialistas pueden reconocer por el aumento del porcentaje de granos de polen de olea y por estar acompañado de hierbas como el cardo alazorado. Al Norte del mar Muerto, en Teleilat Ghassul, ya se cultivó el olivo entre el 3.700 y el 3.500 antes de Jesucristo, según algunos autores con el empleo de sistemas de regadío. También se ha valorado la experiencia de los cazadores de la región como recolectores de olivas silvestres a la hora de alcanzar el resultado.

                Algunos autores han postulado que los fenicios introdujeron el olivo cultivado en la península Ibérica. En el yacimiento del Castillo de Doña Blanca, en estrecha relación con Gadir, ya se data en el 600 antes de nuestra Era. Bajo los romanos su cultivo se difundió, aunque se ha propuesto que su variedad cambió, lo que constituiría otro ejemplo de su asociación con los cambios culturales, sociales y productivos a lo largo del tiempo.