19.12.2019 10:39
Las Navidades han sido tiempo de expansiones a lo largo de los siglos, más allá del fervor religioso. Su celebración ha exigido sus buenas viandas y sus dineros, unos gozos que a veces se convirtieron en pesarosos en manos de algunos.
Los poderosos aprovecharon para cobrar unas gratificaciones a las que no tenían de entrada derecho, unos usos que durante un tiempo se sufrieron. Bajo los Reyes Católicos, la autoridad monárquica se rehízo y se procuró acabar con tales procederes tan navideños.
A 15 de febrero de 1494 se apercibió a la justicia de Plasencia que los regidores de la localidad no se repartieran entre sí por Navidad las aves que cobraban indebidamente, además de otras cosas. Con su salario ya tenían suficiente, se estimaba.
Sin embargo, las cosas no se resolvieron tan pronto y el 15 de mayo de aquel mismo año se les recordó que no percibieran nada indebidamente de los propios al respecto. Tampoco se deberían de hacerse pagar por acudir a sus deberes de regimiento los viernes.
La Navidad ha dado mucho de sí a lo largo del año en manos de algunos tipos avispados.
Fuentes.
Archivo General de Simancas.
Cancillería. Registro del Sello de Corte, 149402 (369) y 149405 (227).
