COBRAR IMPUESTOS EN LA EDAD MEDIA. Por Víctor Manuel Galán Tendero.

08.01.2025 11:48

               

                El poder de los monarcas europeos de la Europa del siglo XV no sólo residía en la fuerza de sus ejércitos, sino también en la cantidad de dinero que podían gastar. Aunque los de Castilla no se vieron tan limitados como los de Aragón para recabar fondos de sus súbditos, tuvieron que conllevar los inconvenientes del sistema de recaudación, tan complejo como lleno de dificultades.

                La localidad de Cuenca, con voto en Cortes, nos ofrece un cumplido ejemplo de lo dicho. Del arrendamiento de las siete monedas en su obispado se encargaron el vecino de Turégano Sancho de Vasurto (un criado de Juan Fernández de Villanuño) y Juan Gómez de la Lama, criado de Juan Núñez de Guadalajara. Tales gestores o testaferros se quejaron de los empadronadores. Pidieron, por ello, que en su presencia se nombraran dos hombres buenos por villa, lugar, collación y aljama de judíos y musulmanes para hacer la pesquisa adecuada.

                En vista de ello, el concejo de Cuenca designó el 16 de noviembre de 1419 dos pesquisidores por cada una de las once cuadrillas de la ciudad, la de San Pedro y Calle Mayor, San Miguel y Zapatería Vieja, San Martín y Correría, Alcázar y Alcaicería, Concejo Viejo y San Juan, San Gil y Pellejería, San Andrés y calle de Solera, Santo Domingo y Barrio Nuevo, Adarve y Postigo, Corachuela y calle de Moneda, y San Esteban y San Vicente.

                En los padrones de riqueza empleados, unos 200 maravedíes de cuantía o fortuna aseguraban el pago de la recaudación de las ocho monedas, mientras la cuantía de 180 maravedíes sólo la de seis monedas. No se podía embargar cama, ropa o armas. Además, los hidalgos y sus familiares, los eclesiásticos y los lugareños de puntos fronteros a los moros no pagaban. La tributación reflejaba a la perfección la jerarquización social.

                Fuentes.

                Actas municipales del ayuntamiento de Cuenca I. Años 1417, 1419 y 1420. Edición, transcripción y notas de Antonio Chacón y Pedro Martínez Escribano bajo la dirección de Miguel Jiménez Monteserín, Cuenca, 1994.