CIFRAS CON HISTORIA. Las comprometidas finanzas del Rey Sol.
A finales del siglo XVII, Francia era bajo Luis XIV una poderosa monarquía, la más fuerte de la Cristiandad. Sus ejércitos eran capaces de imponer respeto a grandes coaliciones y parecían a punto de conseguir para su rey la victoria definitiva.
Otros enemigos eran más temible para Luis XIV, sus enormes gastos y su correspondiente carencia de equilibrio presupuestario. Con unos impuestos difíciles de cobrar y recaudados por compañías de financieros que avanzaban a veces el dinero, el sistema absolutista descansaba sobre pies de barro.
Una vez pagados todos los gastos ordinarios, Luis XIV disponía en 1699 de unas 62.400.000 libras nominales, una cantidad nada menospreciable si no hubiera estado tan comprometida.
Previamente se habían consumido 8.000.000 en distintos gastos, lo que acortaba el nominal.
El déficit o los gastos ya obligados a los acreedores sumaban en total 35.000.000, que debían pagarse si se pretendía mantener el crédito del reino en lo sucesivo.
Si se considera que se adeudaba a los arrendatarios o concesionarios de la recaudación de impuestos por gastos otros 20.000.000, faltaban 600.000 libras para poder pagar.
En semejantes circunstancias, se pensó en incrementar el nominal a 67.000.000 con expedientes como la subida de las tasas por expedición de documentos. El estallido de la guerra de sucesión a la Corona Española tiraría por tierra los tímidos propósitos de economizar de algunos ministros como los intentos de enjugar el déficit.
Víctor Manuel Galán Tendero.